Si vengo descalza
te pediría
sandalias de versos
de espuma y brisa.
Si me tardo un poco
me gustaría
que le dieras cuerda
a tu siempreviva.
Si estoy despeinada...
¿me comprarías
unos peines de rimas
y yerbaluisa?
Cuando me aleje
de tu sonrisa
y vuelva yo a casa...
¿me extrañarías?
María García Esperón