Asunción Carracedo, Berenice la Sirena y El Duende No
Primero, al puerto por excelencia, a Buenos Aires, a manos de Macarena, la niña de Marcelo Suárez De Luna, en un sobre donde el remitente no era yo, sino "Berenice la Sirena". A ella le gustó recibir correspondencia de una sirena. ¡Pero claro! Hay personajes que se mandan solos.
Después a la rada de Barranco, en Perú, directo a manos de Kathia, la hija de Orlando Granda, quien reciprocó enviando un interesante artículo sobre las sirenas peruanas.
Llegar a España fue un poco más tardado, pero con horas de diferencia, llegó a la playa de Salou en Tarragona, destinada para Teresa, que tiene un año, así que su madre, Anabel Sáiz Ripoll, fue a revolver el correo para encontrarla y primero halló los bellos libros de María Eugenia Mendoza Arrubarrena, que también se los envió.
También llegó a Asturias, acompañada por el Duende No, donde Rosa Serdio le halló acomodo entre los mil libros de la clase de sexto B en el Colegio Elena Sánchez Tamargo.
Y por último, a León (también con el Duende No), donde David, el chico de Asunción Carracedo hizo esta espléndida y navideña fotografía. Aquí se encontró con que Pablo, el hijo mayor de Asunción está leyendo "Rebelión en Nueva Granada", de Luis Leante, que mutatis mutandis y sin sirena trata un asunto parecido: el viaje desde España al Nuevo Mundo, aventurero y desconocido.
Ahora, planea llegar, metida en las alforjas de los Reyes Magos, a Buenos Aires de nuevo, con María Wernicke, hasta Montevideo a conocer con Mercedes Calvo a las sirenas del Uruguay y a La Mancha, donde Pedro Villar atisba destinos cervantinos que quizá, algún día, involucren a Berenice la Sirena.