En el oráculo de Sardes, según explica Aristóteles, los consultantes experimentaban la abolición del tiempo cuando yacían dormidos al lado de las tumbas de los héroes (incubación). Al despertar de la incubación les parecía que no había transcurrido tiempo entre el comienzo del sueño y el final de éste. De dos instantes hacían uno solo y esto se encontraba misteriosamente ligado a la curación que habían ido a buscar al oráculo.
Los pitagóricos, sin embargo, a los que era cercano Alcmeón, se referirían a la transformación radical de la experiencia temporal. Al tiempo fugaz, hecho de una infinita serie de divisiones temporales, de ciclos que sin cesar se repiten, se opone la memoria que recuerda el origen de ese fluir.
La remembranza de vidas anteriores reconquista el tiempo en su totalidad, el ciclo completo, la unión de comienzo y fin que es, en esta vida, la iniciación a un estado nuevo de conciencia.
*Citado por Jean Pierre Vernant: Mythe et pensée chez les Grecs