La Biblioteca Virtual Canellada, dedicada a la Literatura Infantil y Juvenil en asturiano, ha conquistado a golpe de profesionalismo y buen hacer la reputación de la que ahora goza entre todos los involucrados en la LIJ, no solamente asturiana, sino internacional. Esta muy real biblioteca virtual tiene detrás el empuje y la voluntad de una persona extraordinaria: María del Mar Martín, con quien he podido conversar de viva voz y de viva letra, como ya viene siendo costumbre, transatlánticamente. (MGE)
La palabra es del mundo: María del Mar Martín
Por María García Esperón
El escritor Vicente García Oliva me llama la neña de las cuatro emes (la niña de las cuatro emes) y yo siempre le digo que me escriba un cuento con ese título, pero parece que no le ha llegado todavía la inspiración. Estudié en la Universidad de Oviedo Filología Española y Asturiana y puedo decir que guardo en la memoria momentos muy buenos de aquellos años. Actualmente sigo vinculada a los libros porque trabajo como correctora y traductora, en la editorial Pintar- Pintar y como guionista en la radio.
¿Cómo surgió la idea de hacer una biblioteca virtual dedicada a la LIJ en asturiano?
Un día, hace ya algunos años, entré en la Secretaría del Departamento de la Facultad de Filología Española en Oviedo y expliqué mi deseo de inscribirme en el registro de tesis doctorales con el título: “Analís del cuentu infantil n’asturianu” (“Análisis del cuento infantil en asturiano”).
Cuando empecé mi trabajo de investigación, encontré mucha información sobre Literatura Infantil en castellano tanto en libros como en Internet, a través de páginas tan interesantes como Babar, Imaginaria o la Fundación Germán Sánchez Ruipérez por ponerte sólo algunos ejemplos. Pero ¿qué pasaba con la literatura escrita en asturiano? Solamente encontré algunos artículos publicados en revistas, pero ningún libro dedicado a la materia y por supuesto nada en Internet. Pensé que era necesaria una página donde pudiera encontrarse información sobre escritores, ilustradores, editores, libreros y enseñantes, y fue de esta forma como nació la Biblioteca de Literatura Infantil y Juvenil Mª Josefa Canellada.
A los lectores del otro lado del Atlántico, ¿podrías enseñarnos a mirar con el corazón a María Josefa Canellada?
Mª Josefa Canellada Llavona nació en una familia del concejo de Cabranes en el oriente de Asturias el 12 de noviembre de 1912. Cuando termina la escuela, marcha a Madrid para estudiar en la Facultad de Letras y allí conoce a su marido: Alonso Zamora Vicente, con el que tuvo dos hijos: Alonso y Juan. La Guerra Civil parte por la mitad la carrera de ambos. En esta época, Mª Josefa se forma en la disciplina de la enfermería por su afán en querer ayudar a los demás. La experiencia de cuidar a los enfermos la llevará a escribir Penal de Ocaña, obra finalista en el Premio Café Gijón en 1953. Acabada la guerra, vuelve a la Facultad para terminar sus estudios y se doctora con la primera tesis escrita en asturiano: El bable de Cabranes, en 1943. Después vendrían numerosos estudios sobre la lengua, como los realizados en vuestro país sobre las vocales de ciertas lenguas mexicanas que publicaron en Nueva Revista de Filología Hispánica y algunos cuentos, entre los que cito a Montesín por ser el primer cuento escrito en nuestra lengua.
La vida de Mª Josefa transcurre siempre al lado de su marido. Sus hijos los recuerdan trabajando siempre delante de una máquina de escribir y rodeados de cajas de zapatos donde guardaban sus fichas de investigación.
Mª Josefa decía: “Un pueblo sin biblioteca no es un pueblo completo, como una casa sin libros no es una casa. Para vivir vida plena es necesario tener libros cerca. Ya lo dijo el viejo clásico:un libro y un amigo me basta entre mis lares...”
La Biblioteca tenía que llevar el nombre de esta mujer humilde, inteligente, trabajadora y defensora de nuestra lengua.
Quiero cerrar esta respuesta a tu pregunta con unas palabras de su marido: “Estoy seguro que allá, en su cielo, Mª Josefa nos dedicará su acostumbrado silencio, su gesto comprensivo y mudo. Cuando veníamos a Asturias-¡tantas veces!-, a medida que nos íbamos acercando le iba manando el gozo hasta entonces adormecido. Un gozo que reventaba en contento, en charlateo febril en cuando se divisaba la cordillera; “¡Allí detrás está Asturias! Pero, ¿es que hay alguien que no sepa como es el verde de Asturias...?” Hoy en su verde Asturias, he preferido recordar estas manifestaciones de su personalidad, para disfrutar de alguna manera el hondo silencio que ha sucedido a su voz”.
¿Cuáles son los rasgos distintivos de la LIJ asturiana?
Hace ya algunos años que la LIJ empezó a cambiar. La temática en torno a la Mitología empieza a ocupar un segundo plano y lo social empieza a tener su espacio. Las mujeres ya somos las protagonistas de muchas aventuras y afortunadamente hemos colgado el mandil para trabajar fuera de casa.
Por otro lado las ediciones son más cuidadas tanto en la redacción como en la maquetación, prestando una mayor atención a la ilustración. Sin embargo, y a pesar de estos cambios, la LIJ no tiene una buena promoción.
¿Por qué -yo lo creo- la literatura asturiana es una literatura para el mundo?
Porque la palabra es del mundo y, aunque muchos no lo crean, un arma poderosa con la que debemos aniquilar la ignorancia y la indiferencia.
En la Biblioteca Virtual Canellada hay una aplicación refinada y pertinente de las tecnologías de la información. Esto lo has hecho tú. Desde esta óptica y desde tu experiencia, ¿qué está ocurriendo y que puede ocurrir con lo local o regional en la era de internet?
Para mí, Internet es una ventana abierta al mundo. Aquí no hay fronteras, no necesitamos papeles para ser legales y que nos consideren personas, ya lo somos. Personas con ganas de enseñar a todos los navegantes de este mundo virtual cómo hablamos, cómo escribimos, cómo nos comunicamos y los problemas que tenemos cuando usamos una lengua materna que no es reconocida por el poder político porque no le interesa.
Los vídeos o la fonoteca son muy importantes para que vosotros, al otro lado del Atlántico, podáis sentir nuestra lengua y de esta manera llegar a difundir por el mundo nuestra cultura.
Platícanos de tu experiencia de haber hecho esa treintenta de entrevistas a autores asturianos, que se puede disfrutar en la BVC
Las entrevistas son maravillosas, de todas aprendí mucho y de todas hay alguna anécdota. Cómo olvidar la canción de cuna de Xosé Ambás, el cuento de Montse Garnacho, la poesía del caracol cojo de Marisa López, la dedicatoria hecha con papeles de Violeta Monreal... Cada una de ellas ha sido especial y tengo que agradecer a todos el haberme abierto las puertas de su casa y dedicarme parte de su tiempo y, en alguna ocasión, hasta pasando frío en un parque como el ilustrador Xelu, que terminó pillando un catarro.
En las entrevistas podéis encontrar cuentos, adivinanzas, poesía... y, sobre todo, ganas de comunicar la visión de cada persona que se dedica a este mundo tan apasionante de la Literatura, desde escritores a ilustradores, libreros, editores, enseñantes...
Siendo el alma de la BVC, no te preguntaré quién o quiénes son tus autores actuales de LIJ asturianos preferidos, pero sí me gustaría que nombraras los libros que marcaron tu infancia.
Yo iba a la escuela en autobús y mi tía, que me llevaba por la mañanas a la parada antes de abrir su tienda de comestibles, me compraba un cuento pequeño. Me gustaba mucho uno que llevaba unas agujas de un reloj que se podían mover en la portada. Los cuentos clásicos eran los que más me compraban. Recuerdo que me impresionó la historia de Pulgarcito, no podía entender cómo un padre podía abandonar a sus hijos de aquella manera, como tampoco entendía cómo una madre podía dejar sola a su hija Caperucita con los peligros que el bosque tenía, y no lo podía entender porque mi madre no me dejaba ni ir a comprar pipas al lado de casa. Tengo que confesar que el final tampoco era de mi agrado con la presencia del cazador y la muerte tan cruel del pobre lobo. El libro que se me ha quedado prendido de las pestañas de la memoria como tú dices ha sido Peter Pan.
Pero la Literatura ha estado presente en mi casa no sólo en los libros que podía leer, sino también en los cuentos de la tradición oral que me contaba mi padre y también en los relatos que escribía mi hermano. Nunca olvidaré siendo muy pequeña la historia de tres cerdos en un ascensor. Luego de mayor terminó escribiendo y publicando poesía. Las sobremesas después de escuchar a mi padre contar las historias de la fábrica donde trabajaba, se llenaban de versos que hablaban del amor, la esperanza y la libertad en una época en la que este país empezaba a despertar.
En la BVC hay una deleitable galería de ilustradores asturianos. Mismo caso de la pregunta anterior: ¿qué ilustración o ilustraciones de tus libros de niña se te quedaron prendidas en las pestañas de la memoria?
La imagen de Pulgarcito con sus hermanos durmiendo y detrás el ogro gordo y feo pensando su plan para matarlos.
¿Qué ves en la bola de cristal (o en la pantalla de plasma) en el futuro de la BVC?
Veo que dentro de poco los logotipos de las subvenciones van a desaparecer porque no habrá dinero debido a la crisis que el país atraviesa, pero eso no significa el abandono de la Biblioteca, seguiremos trabajando. También veo que habrá más historias para leer, más videos para ver y más ilustraciones para deleitarnos en este arte.
Me consta que libras una cotidiana batalla en pro del asturiano. Háblanos de esta lengua, de su pasado, su presente, su futuro, su horizonte.
Se conservan documentos notariales que contienen testamentos, cartas de donación de compraventa... que datan de la Edad Media. En la Edad Moderna, a pesar del poder político castellano y de su esplendor en las letras, los asturianos seguían utilizando el asturiano como lengua de comunicación oral y escrita hasta tal punto que el clérigo Antón González Reguera en el siglo XVII salió premiado con su poesía en asturiano: “Pleito entre Oviedo y Mérida sobre la posesión de las cenizas de Santa Eulalia”, en el concurso literario promovido por la Catedral de Oviedo con motivo del traslado al Principado de las reliquias de Santa Eulalia de Mérida.
En el siglo XVIII, el ministro y escritor Gaspar Melchor de Jovellanos propondrá la creación de una Academia Asturiana de Buenas Letras. Este organismo se dedicaría a la redacción de un diccionario y de un apéndice gramatical, pero dicho proyecto no salió adelante.
En el siglo XIX distintos intelectuales se manifiestan en contra de la lengua por considerarla impropia o inadecuada para emplearla en asuntos notables o elevados. Se niega así su carácter de instrumento de comunicación plena.
En la época franquista, como no había habido un estatuto de autonomía y un reconocimiento legal de la lengua ni grupos organizados para defenderla, no había nada que temer ante el proceso castellanizador. Por este motivo no hubo ningún problema en publicar algunas obras escritas en asturiano. En 1974, en la revista Asturias Semanal se insertan dos páginas con el título de “Conceyu Bable”. Definido como “organización lingüística y cultural de tendencia autonomista”, era el nacimiento de la reivindicación más importante de nuestra lengua. Gracias a la actuación de Conceyu Bable se creaba en 1980 la Academia de la Llingua Asturiana contando con herramientas tan importantes como una gramática, unas normas ortográficas y un diccionario.
A día de hoy seguimos luchando para que el Estatuto de Autonomía reconozca la oficialidad de la lengua asturiana, oficialidad que apoya la mayoría de los asturianos después de las encuestas realizadas por el profesor Llera Ramos; seguimos luchando por una presencia en los medios de comunicación, por una escolarización desde la etapa infantil; por el reconocimiento de unos derechos lingüísticos por parte de las instituciones y seguimos luchando para dejar bien claro que nosotros no queremos la imposición de nuestra lengua, sino la igualdad lingüística, cumpliendo la Ley de Uso y Promoción del Asturiano. “El bable gozará de protección. Se promoverá su uso, su difusión en los medios de comunicación y su enseñanza, respetando en todo caso, las variantes locales y la voluntaiedad de su aprendizaje” Artículo nº 4 del Estatuto de Autonomía.
En el siglo XVIII, el ministro y escritor Gaspar Melchor de Jovellanos propondrá la creación de una Academia Asturiana de Buenas Letras. Este organismo se dedicaría a la redacción de un diccionario y de un apéndice gramatical, pero dicho proyecto no salió adelante.
En el siglo XIX distintos intelectuales se manifiestan en contra de la lengua por considerarla impropia o inadecuada para emplearla en asuntos notables o elevados. Se niega así su carácter de instrumento de comunicación plena.
En la época franquista, como no había habido un estatuto de autonomía y un reconocimiento legal de la lengua ni grupos organizados para defenderla, no había nada que temer ante el proceso castellanizador. Por este motivo no hubo ningún problema en publicar algunas obras escritas en asturiano. En 1974, en la revista Asturias Semanal se insertan dos páginas con el título de “Conceyu Bable”. Definido como “organización lingüística y cultural de tendencia autonomista”, era el nacimiento de la reivindicación más importante de nuestra lengua. Gracias a la actuación de Conceyu Bable se creaba en 1980 la Academia de la Llingua Asturiana contando con herramientas tan importantes como una gramática, unas normas ortográficas y un diccionario.
A día de hoy seguimos luchando para que el Estatuto de Autonomía reconozca la oficialidad de la lengua asturiana, oficialidad que apoya la mayoría de los asturianos después de las encuestas realizadas por el profesor Llera Ramos; seguimos luchando por una presencia en los medios de comunicación, por una escolarización desde la etapa infantil; por el reconocimiento de unos derechos lingüísticos por parte de las instituciones y seguimos luchando para dejar bien claro que nosotros no queremos la imposición de nuestra lengua, sino la igualdad lingüística, cumpliendo la Ley de Uso y Promoción del Asturiano. “El bable gozará de protección. Se promoverá su uso, su difusión en los medios de comunicación y su enseñanza, respetando en todo caso, las variantes locales y la voluntaiedad de su aprendizaje” Artículo nº 4 del Estatuto de Autonomía.
Del Diccionario de María del Mar Martín
Biblioteca: Lugar donde se guardan las palabras
Niños: Seres dotados de ternura.
Sueños: La razón para superarse
Poesía: Sonidos del alma
Felicidad: Estado de placer perecedero