Seguramente es el otoño que llegó
con su frío
de árboles marrones
y lloviznas
repartiendo melancolías.
Pero uno que va de contramano
por las calles de la vida,
arranca el día alegre
con vientos en la cara
revuelta de hojas secas
tomando mate mientras la vida pasa
en la sonrisa de una niña.
Uno se pregunta por qué será
que siempre estamos esperando
mil mañanas:
que vuelva el calor,
que llegue el viernes.
Y sin embargo ahora hay una fiesta
de grises y marrones
(también amarillos)
en el cielo y en la tierra
que nadie parece agradecer.
Excepto uno que va de contramano
por las calles de la vida y espera
que lleguen otros invitados
a esta fiesta otoñal
que es suave y sutil
como la vida a veces.
(C) Marcelo Suárez De Luna (Argentina)
Voz: María García Esperón (México)
2009