
El intenso lirismo de la uruguaya Mercedes Calvo trasciende el espacio del álbum que ha editado espléndido el Fondo de Cultura Económica con ilustraciones de Fernando Vilela.
Se escapa, inasible y certero por el juego de espejos de su nombre, juego creado solamente con palabras. Palabras vivas, fluyentes, portadoras de su pensamiento, de su anhelo por conocer, por sentir, por recordar. Orbes de murmurante memoria las palabras de Mercedes, herramienta aguzada del conocimiento interior:
No ha entregado solamente un poemario Mercedes Calvo. Ha entregado un mapa de los estados del alma. No del alma infantil, adolescente o adulta, sino del alma del origen, claros ojos abiertos frente a un claro misterio, alma humana estremecida, permeada y prolongada en el misterio de las cosas.
Poesía del silencio y de su música dolorosa y bella. Poesía sabia e inocente, que se piensa y que se llora, que se sonríe y que se sueña. Que se recuerda. Que acompaña en el camino a todos esos sitios –escuela, mesa, lecho, jardín y cementerio- al que nos llevan nuestros pasos. Poesía-río, poesía-umbral, puente, lágrima, muerte, eternidad:
Algo escribe…Y cuando ese algo escribe, el mundo se agranda, se agranda el amor, la nostalgia, el significado de la niñez, el valor de la promesa, la renuncia y la esperanza. Cuando ese algo escribe, las palabras de Mercedes Calvo nos hunden en las alturas, nos sueñan, nos transforman, nos lavan la cara, nos convierten, sin misericordia, en nuestra propia flor dolorosa, en los recién nacidos de nosotros mismos.
Los espejos de Anaclara
(Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños 2008)
Mercedes Calvo
Ilustraciones: Fernando Vilela
Fondo de Cultura Económica y Fundación para las Letras Mexicanas
México, 2009