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He recibido desde Buenos Aires una carta del escritor argentino Carlos Marianidis, llena de buenas noticias que nos atañen a todos los que estamos empeñados en cuerpo y alma en crear literatura infantil y juvenil que surja de motivaciones profundas, que -por emplear la hermosa expresión náhuatl- nos endiose el corazón y endiose el corazón de los lectores, niños y no niños.
Pues con el corazón endiosado me dejó Carlos Marianidis. Copio un fragmento de su carta:
Me alegra que, de alguna manera, estemos formando un grupo de escritores con cierta identidad. Tenemos en común la intención de hacer una literatura que iguale hacia arriba y no hacia abajo; que lleve a los niños a curiosear por paisajes de riesgos poco transitados, más que guiarlos de memoria por los monótonos caminos de siempre. Por supuesto, cada libro nos llevará más tiempo y deberemos hacer un recorrido más paciente y largo. Pero vale la pena.
Claro que vale la pena, Carlos Marianidis. Desde México, recibe nuestro abrazo emocionado por haberte jugado entero por todo eso que vale la pena, y por habernos incluido en tu entrega generosa de creador. Gracias por tus libros, que nacerán en 2009 en tres países latinoamerianos simultáneamente. Gracias por tu poesía y tu diálogo. Gracias por tu amistad.
Gracias por endiosarnos de nuevo el corazón.