El hada del verso
-la más pequeñita-
en una palabra
se fue de visita.
Fue a ver a la Rima
que estaba enojada
porque ya los versos
sin ella versaban.
-¿Qué acaso estoy vieja?
¿Estoy mal peinada?
Desperté temprano,
me lavé la cara.
El hada del verso
rimó en su varita
y versa rimando
que estaba enojada
porque ya los versos
sin ella versaban.
-¿Qué acaso estoy vieja?
¿Estoy mal peinada?
Desperté temprano,
me lavé la cara.
El hada del verso
rimó en su varita
y versa rimando