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Hace siete años, en octubre 2003, un quinteto de científicos franceses y norteamericanos -Jean-Pierre Luminet, Jeffrey Weeks, Alain Riazuelo, Roland Lehoucq y Jean-Philippe Usan- publicaron en Nature un artículo que llama fuertemente a la puerta de nuestra concepción del mundo.
"Desde la Antigüedad, los hombres buscan saber si nuestro Universo es infinito o finito. Hoy, después de dos milenios de especulaciones, las observaciones científicas pueden cortar ese debate".
El Universo no es infinito
El Universo, según la propuesta de Jean-Pierre Luminet, tendría forma de balón de fútbol, no es infinito y su verdadero tamaño representa el 80% del Universo observable. El astrofísico y escritor francés ha publicado en 2001 su libro L'Universe chiffonné (El Universo arrugado).
En una entrevista publicada en octubre 2003 en la revista Libération, Luminet desgrana interesantes conceptos:
Entrevista en la Revista Libération, octubre 2003 |
-"El célebre precedente del filósofo Kant afirmando la imposibilidad de probar el cáracter finito o infinito del Universo podría paralizar la ambición de los científicos. (...) Todo ha cambiado hace unos diez años, a partir de la emergencia de una verdadera cosmología observacional de alta precisión. Los telescopios terrestres y espaciales tienen ahora acceso a los parámetros cosmológicos, es decir, a cantidades físicas fundamentales que caracterizan la estructura del Universo, su edad, su evolución en el curso del tiempo, su densidad, su geometría local, las formas de energía que la constituyen, su rapidez de expansión".
El Universo:
"un espacio dedecaédrico de Poincaré"
"Como si viviéramos al interior de una especie de esfera formada por 12 pentágonos ligeramente encurvados. Pero, es la gran diferencia con un balón, cuando uno llega a una pared pentagonal, se regresa al balón por el lado opuesto. Este espacio es finito, pero sin bordes ni límites, se puede viajar en él indefinidamente. De golpe, se tiene la impresión de vivir en un espacio más vasto, pavimentado de dodecaedros que se multiplican como en un palacio de hielos. Y el retorno de los rayos luminosos que atraviesan las paredes produce espejismos ópticos: un mismo objeto tiene muchas imágenes. Este modelo no es una alternativa al Big Bang, sino una versión que descarta la idea de un espacio infinito, en beneficio de un espacio físico -en el que el volumen no es más que el 80% del espacio observado -conteniendo un número finito de galaxias.
Por otro lado, se opone a la visión hasta ahora dominante, de un Universo "geoméricamente plano", donde los paralelos no se reúnen jamás, en beneficio de un espacio "abombado" como una esfera, donde los paralelos se recortan a muy gran distancia.