En un sueño de palabras...

Berenice la Sirena: reseña de Maru Mendoza Arrubarrena

5 ene 2010


Berenice, la sirena
María García Esperón
Hillman Publicaciones
Editorial Libros & Libros

Por María Eugenia Mendoza Arrubarrena
Fuente: Aldea de las Letras


De manos de la propia autora (como quedó evidencia en una entrada anterior) y con una dedicatoria prometedora me llegó por fin Berenice, la sirena.

Leído y reseñado por poetas, escritores, ilustradores y, por fortuna también ya por niños, este libro parece estar en boca de todos. Recomiendo consultar los diferentes blogs de los integrantes del Colectivo Voz y Mirada y las notas publicadas en otros medios que se han encargado de hacerlo con gran maestría.

En este Día de Reyes quiero compartir con ustedes este sencillo pero emocionado comentario.

El descubrimiento de Berenice, la sirena, en el plato de sopa de Conchita, hija de los marqueses de La Laguna, en su primera comida en tierra firme, luego del largo y zangoloteado viaje desde España hasta la Nueva España, no podría ser más que augurio de una serie de aventuras jamás imaginadas por una niña de nueve años, a quien su nueva nana le hacía la vida más que fácil.

Tomamos aire y seguimos. En este momento no puedo dejar de mencionar al narrador, que gusta de interactuar con el lector, se encarga, entre otros asuntos, de describir los diferentes escenarios, mencionar las diferencias sociales de la época y de revelar secretos familiares, como que el marqués De la Laguna, nuevo Virrey de la Nueva España, es incapaz de buscar sus pantuflas sin gritonear por todos lados, además es calvo, usa una peluca ensortijada y llevó dos de repuesto, por temor a que una se le quemara con una imprudente vela, pues no se imaginaba cómo podría ocupar su nuevo cargo de Virrey luciendo sólo tres pelos en la cabeza.

No voy a contar aquí cómo Berenice se encarga de volver locos a Conchita, Elotito y Nicolás, ni si esta hermosa y diminuta sirena puede hacer realidad su sueño, lo único que diré es que cada uno de los personajes (ilustrados genialmente por Camilo Sarmiento Prieto) me robaron el corazón y, no sé a los demás, pero a mí me llevaron a investigar cuánto tiempo gobernó el Virrey de la Laguna en estas tierras (porque María no inventó todo lo que hay en esta historia) y a imaginar la adolescencia de los tres amigos en la muy noble y muy ilustre Ciudad de México de los años ochenta del siglo XVII.

Feliz Día de Reyes y felices lecturas.

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