En un sueño de palabras...

Divus Vespasianus

23 mar 2009

Tito Flavio Vespasiano encargó la construcción del Anfiteatro Flavio en el año 72. Tal vez ignoraba que estaba levantando en el valle entre el Esquilino, el Palatino y el Celio, el símbolo de Roma.

A partir del viernes 27 de marzo, el Coliseo dedica una muestra al emperador que nació hace 2 mil años en la Sabina, y que subió al poder aclamado por sus soldados en el año 66. Había que ganarse al pueblo y el Divino Vespasiano regresó la ciudad a la ciudadanía, creó unas termas y mandó drenar el lago artificial neroniano para construir el más grandioso anfiteatro de la antigüedad.

Vespasiano no vio terminada la ingente obra. Tocó la visión de la maravilla de arquitectura y de ingeniería a su hijo Tito que inauguró el edificio en una fiesta de cien días en cuyas horas interminables murieron 5 mil animales.
Un busto de Vespasiano, el de Copenhague, que dicen es el más fidedigno, fragmentos de la "Forma Urbis" -representación en mármol de la Roma imperial- maquetas de los distintos estadios de construcción del Coliseo, esculturas y bajorrelieves del templo de la Paz podrán verse en esta exposición consagrada no al edificio sino al hombre que lo construyó: Divus Vespasianus.