En México, la Reforma Integral de Educación Media Superior (RIEMS), publicada el 26 de septiembre de 2008 en el Diario Oficial de la Federación, a través del Acuerdo 442, elimina la filosofía de planes y programas de estudio de enseñanza media superior de todo el país.
Se trata de unificar la enseñanza en todos los subsistemas, a partir de "competencias y habilidades", para incorporar a los "individuos" al mercado de trabajo nacional en el marco de la globalización.
Se ha eliminado la filosofía del conjunto de disciplinas básicas, eso sí, en un pie de página dicen que las disciplinas filosóficas tendrán un "carácter transversal" y ¡"podrán incluirse si se considera pertinente"! También se omiten las humanidades como área básica en la formación de los estudiantes. Que basten las matemáticas, algunas ciencias naturales y la comunicación.
El Observatorio Filosófico de Morelos ha publicado recientemente que:
"Es evidente que los rasgos generales de esta reforma provienen de las indicaciones de la OCDE y de los Acuerdos de Bolonia y el Proyecto Tuning para la Unión Europea que no son pertinentes para nuestro país, el cual debería realizar una reforma educativa tomando en cuenta su propia historia y sus características como nación. De igual forma, las críticas que han surgido en Europa al Plan Bolonia deberían de ser interpretadas como un llamado de atención a los autores e impulsores de esta reforma. Por otro lado, el gobierno mexicano no debería estar en contra de las principales orientaciones de la UNESCO, organismo que ha estado realizando esfuerzos universales justamente en un sentido opuesto, es decir, para que la filosofía, por su carácter humanístico, no sólo se enseñe en el bachillerato sino en todos los ámbitos de la sociedad. La UNESCO, de la cual forma parte activa nuestro país y aprueba sus resoluciones, ha expuesto de manera expresa a través de sus documentos, que la filosofía contribuye a la formación de la ciudadanía; el respeto a la multiculturalidad; los derechos humanos; el pensamiento crítico y la democracia, objetivos aducidos, al menos en apariencia, por la RIEMS." Observatorio Filosófico de Morelos, 29 de marzo 2011
En España, según la Resolución de 04 de marzo de 2009 de la Consejería de Educación y Ciencia, el futuro de las asignaturas de Latín y Griego se ve seriamente amenazado, porque se limitará la elección de materias de modalidad por parte del alumnado cuando haya un número insuficiente de alumnos para constituir un grupo. (Dicho en otras palabras, es la manera sutil de desaparecer la enseñanza del Latín y del Griego).
En México y en España ha habido reacciones de filósofos y profesores de esas dos lenguas de las que se levanta la civilización occidental. Suscribo sus palabras aquí México y aquí España y republico un artículo de Arturo Pérez Reverte, publicado en XL Semanal, el 23 de diciembre de 2007 y un artículo de Aurelio González Ovies aparecido el 27 de febrero de 2011 en La Voz de Asturias
Permitidme tutearos, imbéciles
Arturo Pérez Reverte
Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros -aquí matizaré ministros y ministras- de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera. No quiero que acabe el mes sin mentaros -el tuteo es deliberado- a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía. De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el Latín, el Griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.
Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana -que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural-, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña. Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico» . O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad» , entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms» . Con dos cojones.
Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente -recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española-. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres» , aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos»
Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p’alante. Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo.
Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil, que un malvado.
Sólo faltaba ESO
Aurelio González Ovies
Aurelio González Ovies www.lavozdeasturias.es 26/02/2011
Pues claro que sí. Para ser egresado (qué snob) de una carrera de Letras habría que, previamente, haber ingresado en una Facultad de Humanidades con un buen nivel de Latín (cada cual baila su canción). ESO no debería dictaminarlo el Ministerio ni habérselo planteado Titulación antigua o Grado actual, ni cuestionado el alumnado y menos echárselo en cara a un decanato reciente, comprometido e ilusionado.
Claro que cae de cajón que, tanto a los de lenguas modernas y vivas como a los de semíticas y dialectos anquilosados o esnobistas y contemporáneos, no les vendría nada mal saber qué es una declinación ni olvidar cómo se conjugan los verbos ni dar la espalda a los géneros (femenino, masculino y neutro; singular y plural o dual son el número).
Es evidente y necesario saber que el stop de las señales y de los aparatos parte del latín sto-as-are -mantenerse en pie, detenerse- y a su vez del Indoeuropeo, que no es un festival de la canción, sino la lengua madre. Y que del coquere, coquinare latinos provienen el cook y el cooking y las croquetas de los viernes. Porque es requisito para cualquier estudioso de las gramáticas que se cultivan en el Campus del Milán ser capaz de adivinar el elemental origen del verbo to have, descendiente del capere, capire en italiano y caber en otras lenguas románicas, que no románticas.
Sólo faltaría que después de descornarnos, durante una década (diez años, sic. dos lustros), universidades y responsables en contra de la merma y la supresión de las especialidades más ineludibles en el ámbito de las Humanidades vinieran ahora a manifestarse en pro de una enseñanza digna y de calidad parte de los que nos borraron de sus planes docentes o de quienes, a primera hora, en lugar de dirigirse al aulario, pasaban, pasan y pasarán las mañanas enteras en las cafeterías del entorno, con la excusa de que “menudo plasta el de Latín, vaya varas el de Griego, qué plomazo la de Románicas o qué pijada eso de la Fonética”.
Sólo faltaría que, ahora, entre unos y otros nos impusieron explicar qué es un acento circunflejo -tema de su tesis doctoral y patrocinador de los vinos de sus cursos de verano- en el último semestre del grado y el porqué del acento circunflejo en un máster postgradual y el para qué de dicho circunflejo en un doctorado a posteriori (después), ésos, los de la ESOenLaUNI, importunaran y patalearan por la degradación de las Filologías que tan subrepticiamente y eufemísticamente decapitaron (o por sinonimia, que también es figura filológica, mandaron a tomar por el culo).