Publicada en 2006, El Disco del Cielo no involucra en su portada el Disco de Nebra por cuestiones de derecho de imagen. Éste pertenece a Sajonia Anhalt.
Así que opté por poner a Nut, la representación egipcia del cielo, que además de ser extraordinariamente compleja, anuncia a los lectores que el viaje iniciado en Alemania a propósito del Disco de Nebra culminará en Egipto. Hasta ahí nos llevará la búsqueda de sentidos.
Nu es el océano celeste, el agua atravesada por la barca solar.
Nut es su principio femenino: arquea su cuerpo sobre la tierra que toca con los dedos de pies y manos. Su cuerpo está sembrado de estrellas, pues representa el cielo. Shu, su hijo, el dios del aire, la sujeta y la mantiene separada de Seb, dios de la tierra y marido de Nut.
Existen infinidad de versiones plásticas del complejo Nut-Shu-Seb que a veces incluyen la barca solar.
En la que aquí vemos, que es la del papiro Nisti-ta-Nebet-Taui del Museo del Cairo, sobre la cabeza de Shu se ve el signo del horizonte, tan parecido a los cuernos de consagración minoicos y que es uno de los hilos que conducen de El Disco del Tiempo a El Disco del Cielo... y posteriormente a El Disco de Troya.