En un sueño de palabras...

La rosa transfigurada de Ernesto de la Peña

21 nov 2007

El libro más sensual -porque despierta los sentidos para colmarlos- que he tenido en las manos es La rosa transfigurada de Ernesto de la Peña, en edición del FCE de 1999. La factura física del libro logra una alquimia sabia: evocar el aroma de la rosa, la que todos conocemos, de la que todos -también- hablamos, la que siempre -rosa de las rosas- está sola. El libro físico triunfa en la fusión de sensaciones placenteras.
En su rosa transfigurada, Ernesto de la Peña hace que la vida florezca en la palabra. El griego se dice en griego, Kuranan glykyn amfi kapon Afroditas aeidomenon... es vino dulce la lengua provenzal, ce est li romanz de la rose, y el español se enzarza en las espinas de la rosa-lenguaje- y las letras del alifato extienden sus lunas y diamantes para decir que ... Alá te ofrece el símil de una palabra provechosa como si fuera un árbol fértil, de raíz firme y ramas que llegan hasta el cielo.Bajo la sombra de ese árbol me vi cuando en 1999 tuve el libro en las manos. Amanecí en la página 55 con la aurora de rosados dedos -Eos rododáctila- y en la página 187 me tuve que detener, fulminada de bellezas ante la línea que define al paraíso de Dante como un deslumbrante tratado de óptica. Había llegado a la rosa mística y no podía terminar de mirarla y no podía seguir leyendo el libro porque quería y quiero leerlo eternamente en el segundo interminable en que creí comprender lo que está escrito en el aroma, en el interminable segundo en que me mira -y no ha dejado de mirarme- la rosa inscrita en esa pupila, aquella tarde.


Hoy, 21 de noviembre de 2007, a las 20:30 hrs. Don Ernesto de la Peña recibirá homenaje nacional -abierto a todo público- en el Palacio de las Bellas Artes. Se presentará su obra reunida. La rosa transfigurada, Don Quijote, La sinrazón sospechosa, Castillos para Homero, sus traducciones de los cuatro evangelios canónicos, Las controversias de la fe , El centro sin orilla. Las estratagemas de Dios, Las máquinas espirituales, El indeleble caso de Borelli, La Mineralogía para intrusos y Palabras para el desencuentro.

Además, la Orquesta Sinfónica de Minería, bajo la conducción de José Areán, interpretará un programa en la sala de conciertos integrado por tres obras: la Obertura Zu Namensfeier, Op. 115, de Ludwig van Beethoven; Idilio de Sigfrido, de Richard Wagner, y Variaciones sobre un tema de Haydn, Op. 56a., de Johannes Brahms.