Por la Via Laietana en Barcelona llegamos ahora a la Plaza Ramón Berenguer el Grande, pues nos ha dado ternura y curiosidad la figura de su caballo. Se sabe que el conde de Barcelona fue el primer monarca hispánico en ordenarse caballero templario y se sabe también que, en su lecho de muerte, heredó a la Orden un castillo, equipo militar y sobre todo, a Danc, su caballo. Y así lo vemos en la Plaza Ramón Berenguer, a la sombra de la torre de la Capilla de Santa Ágata y la muralla romana cumplir sus sueños de caballo de los templarios en la antigua Barcelona.
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