Vianant no passís de llarg
ets en el carrer Amargós
un carrer que no es amarg
y t'acollirà agradòs.
La calle Amargòs de la Barcelona vieja aloja unos deliciosos versos que la convierten en un peculiar libro de poesía. Famosa fue porque en ella vivieron los llamados "Frailes del saco", que se caracterizaban por usar como vestimenta un simple saco y emplearlo hasta que se caía a pedazos. Una placa nos habla de otra figura histórica, el conde Gifré el Pilós, que vivi{o en el siglo IX y fue el último conde de Barcelona que nombró la monarquía carolingia.
Arribaba fins aquí
el jardí ric i frondós
del palau barceloní
del comte Gifré el Pilós.
Hermoso jardín habr{a tenido este conde hispanogodo y su recuerdo nos conduce al final de la calle Amargós, que así se despide:
Com el carrer d'Amargòs
en el Món non hi han dos
net, polit i curós
i amb un veinal silenciós.
(David Griñón)
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