Yo conocí a Elvira durante el concierto escénico "Flor y canto para Copo de Algodón", al lado del Maestro David García, una tarde de abril en Tequisquiapan. Y el mensaje florido de la niña azteca encontró tierra fértil en los sueños de Elvira. Ella se la ha llevado a su librería y en el mismo torbellino de Miguel Ángel Rivero hemos hecho lecturas dramatizadas que son la vida misma, en el Parque Vial, en el Foro Confabulario y en el Portal del Diezmo.
Copo de Algodón, en su texto, habla de Tamoanchan, que significa "nosotros buscamos nuestra casa". Pues Copo de Algodón, en este tiempo, ha encontrado su casa en el corazón de Elvira y en su Librería Confabulario. Y todos los días, pero todos... Elvira despliega el encanto florido de la niña ante los clientes que vienen buscando otros libros y, como ella misma dice, casi todos se van con las manos "pintadas de naranja" (por el color rojo-anaranjado de la portada del libro).
Y hay más, más y más, todavía... Recientemente Elvira me contó que se encontraba haciendo fila en un banco y mientras leía las páginas de Copo de Algodón. Una señora se quejaba del tiempo que se pierde en esos trances y entonces Elvira le empezó a contar la historia de Copo. Una enorme sonrisa se dibujó en el rostro de la señora, quien al término del trámite bancario le compró a Elvira su ejemplar de Copo de Algodón para sus nietecitas.
O la vez del taxi, en el que nuestra librera llena de sueños acabó vendiéndole su propio ejemplar de Copo de Algodón para su pequeña hija.
En las recientes experiencias que hemos compartido, las personas que se me acercan me dicen casi invariablemente que son amigas de Elvira... porque llegaron a su librería buscando un libro y salieron de ella con toda su amistad.
Elvira Velázquez y toda su familia, hermanas, hermanos, cuñados, sobrinas, sobrinos, padres, han concentrado en esa librería no solamente un impulso empresarial, sino algo tan hermoso y tan sagrado que solamente puede compararse con la noción del fuego, del hogar, entre los antiguos. Han encendido calor para el alma, luz para el espíritu. Nos han alimentado no solamente de pan, sino de sueños. Desde estas páginas a ellos todo el honor y el agradecimiento por haber levantado, en tan solo un año, una librería de todo corazón.