Si la mirada activa y transformadora de tiempo completo tuviera un nombre, sería el de Manuel Romero Cabestany.
Este artista catalán nos siembra el alma de muros blancos y de intensos azules. A quienes estamos lejos del Mediterráneo o no lo hemos visto jamás, nos lo hace brotar en la pupila.
Azul y blanco, aspro kai thalassi originales y míticos, los lienzos blancos que Penélope de azules trenzas tiende al sol, gaviotas a punto de irrumpir desde la nada. Silencio deseoso de envolverse en olas. Apetencia de isla, de cielo, de libertad, de salinidad y de origen.
Pero Manuel Romero Cabestany, a fuerza de habitar el horizonte le ha dado la vuelta al mundo en el giro pintor de su pupila: ha aprehendido el misticismo y la raíz fuerte de México, país y alma que ha mirado desde el aire y que ha imaginado desde el vientre de la tierra, al que ha viajado y que, misteriosamente, lo llama.
Y desde su mirada desvelada y viajera, a través de los videos en que narra su viaje a México, nos restituye la belleza y el poderío de esta tierra surcada de magueyes, tan inundada de sol que del sol se olvida. Desde su Mediterráneo nos despierta la sed por el Anáhuac. Nos redescubre su mirada.
Sus actividad es multiforme, sus exposiciones innumerables, su creatividad incansable. Aprovecha al máximo las posibilidades de difusión que ofrece la red y dinamiza las redes sociales. Pero sobre todo y ante todo, obedece la ley suprema que está impresa en la naturaleza de todos los creadores: Encuentra porque crea y crea porque descubre. La realidad y el color hablan por su mano y por su ojo miran. Es un honor enriquecer la Voz y la Mirada de España y América con la mirada mediterránea de Manuel Romero Cabestany.
María García Esperón
Imágenes tomadas de la exposición virtual en Luz y silencio,
el blog de Manuel Romero Cabestany.