En un sueño de palabras...

El Disco del Tiempo en Creta. Sigue el hilo de Ariadna. Nikos Kazantzakis

19 oct 2018

El hilo de Ariadna es como el duende flamenco: aparece cuando quiere y manda. No fue este el día para ir a Knossos a continuar la visita al Museo Arqueológico, sino para ir al encuentro del escritor y poeta, ensayista, dramaturgo, el cretense Nikos Kazantzakis.
En El Disco del Tiempo, la primera vez que se menciona su nombre es al hablar del aeropuerto. "Nombre de poeta"... Eso lo investigué cuando lo escribí hace 14 años y lejana estaba de aterrizar en Creta. Ahora llegué a Kazantzakis por la puerta del Museo Histórico de Heraklion. La compleja historia de la ciudad que fue romana, veneciana, otomana y teatro de batallas en las guerras mundiales se extiende por varias plantas. El hilo de Ariadna se detuvo en la última, donde están albergados manuscritos yobjetos personales de Nikos Kazantzakis, que los donó a su ciudad.
En este viaje de puertas de percepción abiertas, fue sencillo percibir la presencia del escritor y sentarse sin más a ver una selección de imágenes de películas basadas en sus libros. Zorba el griego y dos acordes del syrtakis que baila magistralmente el mexicano más cretense de todos, Anthony Queen... y en minutos, la esencia completa de La última tentación de Cristo, donde Kazantzakis redimensiona la historia y crucifica al Tiempo.
Después, salir del Museo y buscar entre vericuetos de calles el Memorial de Kazantzakis, encontrar ahí a una joven griega que paseaba y dejaba a correr a su perro sobre el césped que rodea la tumba y que al parecer es su costumbre -qué pensar sino que es vida para la muerte, movimiento para la quietud, sonrisa para la tristeza-  es con su sencilla lápida y el epitafio más hermoso del mundo, escrito en la lengua de los dioses bajo una sencilla cruz, cruz de Cristo, Cristo cretense:

Δεν ελπίζω τίποτα. Δε φοβάμαι τίποτα. Είμαι λέφτερος

«No espero nada, no temo nada, soy libre».