En un sueño de palabras...

Vengo del Norte en el IV Encuentro Nacional de Poesía Rosarista de Bogotá

29 ago 2015
Con Alejandra Ramos Henao

Gracias a Alejandra Ramos Henao, directora de Enlace Editorial, además de que mis libros fueran adoptados por el Colegio Nuestra Señora del Rosario de Bogotá, fui invitada a integrar el jurado que elegiría los ganadores del IV Encuentro Nacional de Poesía Rosarista, evento que ha venido cobrando una extraordinaria importancia, que convoca a niños y jóvenes de la comunidad rosarista en toda Colombia.
La soledad del joven fue el tema del Encuentro y pudimos disfrutar las interpretaciones de los jóvenes de sus propios poemas. Con una extraordinaria deferencia, las autoridades del colegio destacaron mi presencia y fui invitada a dirigir unas palabras al numeroso auditorio. Tratándose de un encuentro de esta naturaleza, yo quise aprovechar ocasión tan señalada para llevar la palabra que viene del Norte a mi amada Bogotá e interpreté el poema XV del extraordinario libro del poeta asturiano Aurelio González Ovies.

XV
SI me entregas tus tierras
las fuentes dejarán que beba tu ganado
y una tarde, cada cien primaveras,
celebrarán tu nombre con albahaca y lluvia
los pobladores que no conoceremos.
Pídeme que te ofrezca mi sangre,
ruégame que robe los dialectos del agua,
oblígame a entregarte la edad del viento.
Si me ofrendas tus campos todo será tuyo
y nacerán las flores orientadas a ti
y los montes tendrán distinta perspectiva
y las aves un vuelo sin frontera.
Estoy dispuesto a no volver al Norte
si firmamos la paz y enseñamos la mar a los desiertos,
la palabra a los bárbaros, el sol a los enfermos.
Aquí la muerte es una brisa
enamorada de tus pechos,
de las frágiles dunas del carácter humano.
Aquí la tierra posee la estatura de los sueños
y la sombra incapaz de la amargura.
Estoy dispuesto a no volver al Norte
para estampar los gestos de tu vejez anónima
en todos los espacios
y edificar santuarios donde viva la llama
de tus ojos abiertos.
Nunca regresaré ni hablaré del pasado
ni te reprocharé mi corazón sin dueño.
Pero quédate en mí, fuente, cometa, despertar,
únete a mi aliento, infinitud,
y respira conmigo
y toca con mis manos.
Todo podrá ser nuestro
sin distinción de género. La verdad
sabe ácima como el pan de los dioses,
a pesar de ser dulce.
Vendrán los peregrinos y tú, esfinge dolorida,
borrarás los caminos que no llegan,
pondrás todos los lugares aquí mismo,
responderás de luto como el tiempo.
Estoy dispuesto a no volver al Norte
y a llorar algún día recordando mi infancia
cuando ya estés dormida,
pero hagamos la paz y rompamos los nombres.

Si hay sensibilidad par ala poesía, esta se encuentra en Colombia. Al descender del escenario de inmediato los poetas compañeros, las religiosas y personas del público y hasta una joven ganadora, preguntaron quién era ese poeta. El encuentro ha comenzado. Que se haga la Palabra