En un sueño de palabras...

El Disco de Troya, reseña de Alina Iglesias en CUBALITERARIA

4 ago 2015


El Disco de Troya, de María García Esperón


Alina Iglesias Regueyra, 04 de agosto de 2015

Fuente: Cuba Literaria

¿Qué relación podría guardar la legendaria ciudad de Troya, descubierta en el siglo XIX por el arqueólogo Heinrich Schliemann, con el actual Banco de Francia? Esta pregunta encontrará su respuesta en un libro singular.

Ya hemos hablado en estas páginas del título El Disco del Cielo, publicado por la editorial Gente Nueva, una novela cuya calidad literaria ponderamos en aquel momento. Obra original de la escritora mexicana María García Esperón, nacida en 1964, es testimonio de los esfuerzos de la autora por interesar a la juventud actual en el pasado remoto, pues quien no conoce lo sucedido se arriesga a repetir errores y pagar caro su ignorancia.

Esta narradora y poetisa se inició exitosamente en las letras con varias publicaciones, en la mayor parte de las cuales ensalza la historia de su patria de manera novedosa, desde una visión científica que propone la investigación acuciosa sobre distintos misterios, de manera que la recepción tediosa y aburrida no tiene lugar.

Uniendo la ciencia ficción a la tradición histórica, García Esperón logra una mezcla interesante que se nutre o parte de descubrimientos arqueológicos reales y recientes, acerca de los cuales se encuentra muy bien informada. Sumado esto a los profundos conocimientos sobre el pasado de su país y del mundo, que adquirió desde su más temprana adolescencia, su obra resulta de gran importancia al unir placer y saber en adecuada mezcla.

En esta ocasión proponemos la continuación de esta serie, con el título El Disco de Troya, una nueva aproximación de la autora a la Antigüedad clásica donde conviven y rivalizan civilizaciones como la cretense, la griega y la egipcia, traída al presente a través de las aventuras de tres jovencitos del mundo de hoy, aspirantes a arqueólogos, dos mexicanos: Nuria y Marco, y un francés: Phillipe.

El texto aparece en 2013 dentro de la colección Ámbar, a cargo de la promotora y editora Gretel Ávila Hechavarría, y cuenta con una excelente edición y corrección de Odette González Villaescusa. El diseño y la composición son de Javier García Iglesias y en la cubierta y las ilustraciones trabajó Nelson Ponce Sánchez, respetando el perfil de la colección pautado por Nydia Fernández Pérez.

Ilustración: Nelson Ponce S.
Estructurada en 29 capítulos, la novela ofrece un sinnúmero de peripecias entre las que se destaca la historia de Dédalo, el arquitecto constructor del laberinto del minotauro en la isla de Creta; Aléktor, el pintor del palacio real de Knossos; Demonax, siniestro ser cuya ambición será cobrada; el rey Dárdano, la reina Batiea, y hasta el rey sol francés Luis XIV y el emperador Napoleón Bonaparte, mas estos últimos en un plano meramente referencial.

La Égida es el objeto central que motiva la acción, alrededor del cual se mueven los intereses y las fuerzas contrarias de sus personajes, cada quien encarnando el bien o el mal. Es de notar que dentro de la dramaturgia de la obra este objeto llega a ocupar un lugar de mayor importancia que el propio Disco de Troya, que motiva tamaño relato y lo titula.

Numerosos científicos luchan por hallar este vellocino de oro que data de la travesía llevada a cabo por los argonautas. Entre los sabios, cuya ambición llega a retar la propia vida, destaca el mexicano Ezequiel Armorica y el antropólogo alemán Johann KarlheinzStruck.

María García Esperón maneja habilmente la simbología de figuras que han sobrevivido hasta la actualidad pasando por disímiles contextos, como el hacha doble sagrada y el macho cabrío (llamado el Gran Ciervo, en el contexto de la obra), registrados en rituales que datan de miles de años atrás, procedentes de distintas culturas y cuyo rastro la autora sigue en dependencia de sus intereses diegéticos. Igualmente es evidente la influencia en su estilo de grandes escritores universales como Emilio Salgari, en las detalladas descripciones que realiza del río Nilo y sus alrededores, así como del entorno de las pirámides y otros sitios históricos de relevancia prácticamente eterna. No obstante, el enfoque y tratamiento de la creadora es mucho más animado y veloz, lo que resulta atractivo y muy adecuado para el público juvenil actual al que está dedicado el libro, y que consigna explícitamente la editorial cubana.

El final es abierto, en pos de una nueva parte de la saga, que pronto comentaremos en este espacio. Deseamos que la lectura de esta entrega de María García Esperón supere las expectativas provocadas por esta página y cumpla así en ellos su cometido de estimular la curiosidad y el estudio de la historia universal, para lograr una proyección más firme hacia el futuro.