LAS PUERTAS DE ALMERÍA
(Calle y plaza de la Boquería)
Siglo XII
Ramón Berenguer el Cuarto,
para probar su valor,
se alió con el rey Alfonso,
llamado “el Emperador”.
Lucharon contra Almería
en la tierra musulmana
y ganaron la ciudad
los ejércitos de Hispania.
Ramón Berenguer el conde,
orgulloso de la hazaña,
le pidió al rey don Alfonso
que atendiera su demanda.
—Mi señor y mi cuñado,
en nombre de Berenguela,
que es mi hermana y es tu esposa
y también barcelonesa,
te pido que me concedas
como mi premio de guerra
el trofeo que yo anhelo,
para llevarlo a mi tierra.
Y dijo el rey don Alfonso:
—te daré lo que tú quieras,
Ramón Berenguer, cuñado,
de Almería y de sus riquezas.
—Quiero las puertas del reino,
de esta taifa que ganamos,
he de llevarlas conmigo
mañana mismo, temprano.
—Que son hermosas, es cierto,
y son muy ricas también,
de madera son y oro
y recubiertas de piel.
—Quiero ponerlas afuera
de mi ciudad hacia el mar,
en la puerta Santa Eulalia,
que todos puedan mirar.
Ya los asnos y los bueyes
van tirando de las cuerdas
de los carros que transportan
el regalo de las puertas.
Han llegado a Barcelona
ya las puertas de Almería
acuden todos a verlas
pues son una maravilla.
Y miran “boc ó badoc”,
que bocar en catalán
es tener la boca abierta
por mejor ver y admirar.
Desde entonces hasta hoy
le dijeron Boquería
al lugar donde estuvieron
esas puertas de Almería.