En un sueño de palabras...

El anillo de César, reseña de Andrea Poulain

17 feb 2013
Fuente: Divagaciones de una Poulain


El anillo de César, de María García Esperón

Por Andrea Poulain

Sinopsis: Ista quidem vis est? -¿Qué violencia es ésta?, reclamó César. Vino después la puñalada temblorosa de Servilio Casca, quien apenas alcanzó a herirlo en el hombro, le siguió la herida de Casio Longino, lo demás fue un remolino de ceguera para César; rodeado de los conjurados con los puñales al desnudo, quienes contagiados por un extraño temor, confundidos, empezaron a herirse entre sí, a mezclar sus sangres con la del hombre que estaban asesinando. La estatua de Pompeyo fue testigo de las veintitrés puñaladas que acabaron con la vida del Imperator, del Dictator, del Pontifex Maximus, del Rex... El anillo de César rodó por el suelo ensangrentado... y su tintineo resuena en las páginas de este libro para que tú, lector, logres unir el fin con el principio de Cayo Julio César.


Empezando por el final, por el capítulo veinticuatro, María García Esperón nos narra a retazos, como si fueran las veinticuatro horas de un día, corriendo de adelante hacia atrás, retazos de la vida de Julio César, Imperator, Dictator, Pontifez Maximus, Rex…, que soñó con cambiar el mundo como pocos hombres lo soñaron antes y después de él… Un hombre al que asesinaron en el Senado, sus propios aliados, por sus ideas que les parecían peligrosas…


De Julio César, que tuvo un hijo con Cleopatra VII, César Ptolomeo, descendiente de Cleopatras y Ptolomeos, una raza sangrienta y brutal… Él, Julio César, hombre ahora teñido de leyendas.


La pluma de María nos transporta a la antigua Roma, la Roma de senado y nos presenta personajes de los que quizá ya hemos oído hablar: Marco Antonio, Cleopatra, Pompeyo, Bruto, Calpurnia… Escrito para niños y para grandes, para conocedores de la historia de la antigua Roma y para aquellos a los que aún la historia de éste hombre no los ha cautivado.

¿Qué haría sin César? ¿Qué haría Roma? ¿Qué haría el Universo entero, habituado a despertar con él y con él dormir? ¿Valdría la pena seguir viviendo, llamarse hombre, romano, Antonio?


Además el libro, corto, tiene unas magníficas ilustraciones de Miguel Rodríguez Ortíz, el Sr. No Quiero.
Nea