Mi caballo siempre vuelve
por los caminos de enero
y me ilumina la vida
porque se llama Lucero.
Con esperanza se acerca,
con ilusiones lo espero
me trae noticias y flores
me trae estrellas y versos.
Y se me enciende la noche
y se me olvidan los miedos
y me devuelve el paisaje
de mis mejores deseos.
De tu sonrisa, Lucero
ha conocido el secreto
de tu camino encantado
y de tu amor tan sincero.
Y me ha contado la historia
esta mañana de enero
de tu país y tu gente
de tu amistad y tus sueños.
¡Si tú supieras qué hermoso
es mi caballo Lucero!
Tal vez un día te lo encuentres...
por los caminos de enero.