En un sueño de palabras...

Los herederos, de Albeiro Echavarría: el alma de América

5 may 2019



De alguna manera, todos los dioses que adoramos tienen 
su habitación en la casa de los muertos.

Y si no hay vida, ¿de qué puede alimentarse la muerte?

(Albeiro Echavarría. Los Herederos)


Entre viajes por tierra y cielo a través de la hermosa Colombia, terminé de leer Los Herederos, de Albeiro Echavarría al arribar a Mexico Tenochtitlan. 

He vibrado de emoción, me he estremecido. He recorrido los parajes de los mitos de nuestro continente y visto con admiración las plumas, los escudos, el alma altiva, el jade precioso azteca y el cayado de Bochica, el espíritu mapuche y el tórax épico de Lautaro

Precioso texto, digno de figurar entre los sagrados, porque  enuncia verdades fundamentales para nuestro mundo, las pone en operación. Su tratamiento de la mitología mexica es sublime. Como un Quetzalcóatl dual, Albeiro-Quetzalcóatl, convierte en astro y en luz sus temores e incertidumbres humanos, porque elige sacrificarse por los demás. Toma de la mano el alma de la América austral, a través de ese valiente Lihuen -que es también el inmortal Lautaro- y que vuelve a encender todas las estrellas del cielo mapuche para emprender el camino hacia Mictlampa y, al lado de Chichikualli, un guerrero mexica intemporal, vencer las pruebas del inframundo y recolectar los huesos de los muertos.
Los herederos es un mensaje que surge del seno profundo de nuestra América. Surge desde el Mictlan y desde Xibalbá, del interior de las pirámides, viene de la eternidad de la isla Ngil chenmaiwe de la espiritualidad mapuche, da razón y palabra a los miles de migrantes que surcan los peligros de la muerte en su camino sagrado hacia Mictlampa, que quizá los llama desde el mito ancestral y que los enfrenta en el plano óntico a la deshumanizada faz de la política estadounidense, después de transitar por el lacerado cuerpo de México, donde los signos están confundidos y las cenizas de los muertos amordazadas. 

Albeiro Echavarría ha escrito un gran libro, un nuevo códice de figuras preciosas y palabras sagradas. De la lectura de su texto se desprende la convicción de que, en lo inmediato porvenir, el alma de México y Colombia, el alma de América y todos sus mitos, caminará fundida, en las pruebas que le aguardan, con el alma universal de Quetzalcóatl.

"¡Nunca nos separaremos porque nos une la misma sangre y porque juntos hemos podido perfeccionar el corazón! 

Albeiro Echavarría y yo en FIL Bogotá, abril 2019