Para Asunción y Yolanda,
desde la otra orilla
MGE
Había una vez un sueño que deseaba extenderse de orilla a orilla para sonreír a las personas lejanas y queridas. Se despertaba temprano, se ponía un gorro de duende y se iba a contar historias a los niños y a las niñas.
Había una vez otro sueño que se pintaba de colores, que imaginaba el mundo como un gran lienzo para dibujar sonrisas, que veía castillos llenos de magia y sabía ponerse como nadie la capa de Caperucita.
Y una vez esos dos sueños...
se juntaron en un libro
que recorrió las calles,
que recorrió caminos,
que no se cansó nunca
de repartir cariño.