A los Reyes Magos
les pedí un deseo
en una mañana
muy clara de enero.
A los Reyes Magos
les pedí un regalo:
una yerba buena
para el desencanto.
A los Reyes Magos
les pedí un futuro
hecho de pasado
y de sueños puros.
A los Reyes Magos
les dejé en la sala
para sus camellos
jarras de esperanza.
(C) María García Esperón