Siempre el pasado me aguarda en el futuro. Le temps revient.
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Noches buenas y viejas, de Aurelio González Ovies
Lo que más nos movía y nos entusiasmaba, como siempre sucede, era el tiempo de espera, la ilusión prematura, las calles con las luces de las grandes ciudades, los anuncios con pinos, trineos y nevadas. Lo que más, era el halo de bondad que brillaba en la luz de los días más breves de la vida, el frío que incitaba a estar en torno al fuego, el aroma a cariño y a paz y espumillón y nueces melancólicas que inundaba la casa.
Y también arrancar al almanaque antiguo sus últimas jornadas y colgar uno nuevo en la pared, debajo de la radio, con retratos de gatos en un cesto o la imagen de un santo o una virgen que derramaba lágrimas. Pegar en los cristales recortes de revistas: hojas verdes de acebos, estrellas y tambores, siluetas de montañas. Y encender pronto el árbol, aunque gastara luz, repleto de postales y motas de algodón y cantar villancicos, en vez de hacer deberes, desde por la mañana, aquel de aquellos peces que bebían en el río y el del chiquirritín, chiquirriquitín, queridito del alma y el del rín, rín, yo me remendaba, yo me remendé, aquellos de Belén y ángeles y campanas.
Y ver sobre la mesa tantas cosas tan ricas, sopas de ajo con pan duro y con claras; algún pez grande al horno, pescado por mi padre; un poco de jamón y algún fiambre y queso; compota hecha de pera, higos pasos, manzanas. Y partir el turrón, tan gordo y tan sabroso, con martillo y cuchillo. Y comer mazapanes que llegaban de Soto y espesos polvorones de aquellas grandes cajas. Y saborear la dicha de estar juntos y alegres (aunque fuera mentira, parecíamos siempre más contentos que nunca), y escuchar a Juanita, que cantaba las coplas de allá de Puerto Lápice, con zambomba y con palmas.
Y soñar que aún quedaban muchos días de fiesta y noches espaciosas de ir muy tarde a la cama. Y aguardar por los Reyes que aún estaban lejanos, cuyo perfil veíamos en cualquier sombra o nube, en cualquier astro claro del cielo inalcanzable, en cualquier rama seca con corona de muérdago. Y echar en los buzones los deseos imposibles escritos con remite en inocentes cartas. Y esperar. Lo que más nos gustaba, como ocurre a los hombres, era el preámbulo intenso, la agitación del antes, la ensoñación, la dicha de lo previo o lo núbil, la emoción imprecisa de la propia esperanza.
(C) Aurelio González Ovies
La Nueva España, 21 diciembre 2011
Voz: María García Esperón
Música: Yiruma
MMXI
Poemas de Navidad de María García Esperón
volveré a bajar
como una cascada de siete años
las escaleras.
Soñolienta
recogeré las agujas verdes
que se dejó la buena hada
del abeto.
Contaré siete
y bajo el árbol
haré una estrella
que tenga tantos rayos
como las letras de tu nombre.
Para que tu sueño sea mi sueño.
Para que me veas
Para que seas mi estrella
mi primavera
de Nochebuena
***
En esta noche
de Nochebuena
luna y estrellas
quiero encender
para que sueñes,
para que sientas
el tiempo nuevo
que va a nacer.
Y en esta noche
de Nochebuena
al pie del árbol
junto al belén
cierra los ojos,
y pide un sueño
que lo imposible
sí puede ser.
***
Es Nochebuena
y en cada estrella
una esperanza
quiero encender.
Tengo ilusiones
tan verdaderas
que en lo imposible
puedo creer.
Es Nochebuena
llena de astros
de aromas verdes,
de pan y miel.
De lejos llegan
magia y deseos
Norte de Oriente
luz y Belén
Tiempo fragante
recién cortado
promesas puras
de amor y ser...
Es Nochebuena
y es para siempre:
esta esperanza
que quiero ser.
***
Hada Navidad
venía retrasada
en el bosque invierno
no avanzaba nada.
En trineo de plata
con sus cascabeles,
estaba cubierta
con capa de nieve.
Bufanda de escarcha,
un gorro de hielo
y unos mitones
de azul terciopelo.
Hada Navidad
cruzaba montañas,
con nubes muy frías
se hacía limonada.
Guardaba las noches
en unas castañas
para convertirlas
en sol y en mañana.
En torno del fuego
cantaba canciones
mientras amasaba
su pan de ilusiones.
Y con su varita
dibujaba estrellas
en el cielo claro
de la Nochebuena.
Es Nochebuena, en la voz de Alejandra Moglia
ES NOCHEBUENA...
Es Nochebuena
y en cada estrella
una esperanza
quiero encender
Tengo ilusiones
tan verdaderas
que en lo imposible
puedo creer.
Es Nochebuena
llena de astros,
de aromas verdes,
de pan y miel.
De lejos llegan
magia y deseos,
Norte y Oriente,
Luz y Belén.
Tiempo fragante
recién cortado,
promesas puras
de amor y ser.
Es Nochebuena
y es para siempre
esta esperanza
que quiero ser.
(c) María García Esperón
Es Nochebuena
y aunque estés lejos
junto a mi alma
te puedo ver...
Faltan palabras,
sobran razones,
para un futuro,
juntos creer...
Es Nochebuena:
noche de estrellas,
aroma a hogar,
buen renacer...
Es Nochebuena:
llega un mensaje,
brillos cercanos
de amanecer...
Guarda tus cuitas:
es Nochebuena
todo en el mundo,
vuelve a nacer...
Borra lo triste,
es Nochebuena
y el gran milagro
va a acontecer...
Es Nochebuena:
da el primer paso
verás que juntos
podemos crecer...
(c) Enrique Pérez Díaz
2011
Realización: Alejandra Moglia
Música: Rachmaninov
Felicitación, de Fernando Álvarez Balbuena
Un paisaje nevado, una estrella, canciones,
Calles iluminadas, regalos, vanidades,
Deseos inconcretos de mil felicidades
Y gozos exteriores de grandes emociones...
Pero yo siento otras diferentes sensaciones
Que me dieron los años con luz de otras verdades,
Y permanecen firmes todas las Navidades
En mis hondos recuerdos, y en estas ocasiones.
Por eso mis deseos trasciendan a estos días
Quiero que vuestra vida se llene de alegrías,
Que Dios os ilumine pensamiento y razón.
Que los momentos tristes no sean duraderos
Que gocéis del afecto de amigos verdaderos
Durante todo el año. De todo corazón,
Fernando
(C) Fernando Álvarez Balbuena
Voz: María García Esperón
MMXI
Luz de silencio, de Eusebio Ruiz
Eusebio Ruiz nos ha llevado a un lugar donde están solos el hombre y el Universo, a un sitio estricto, monacal, ascético, a un paradigma de luz pura. A una ternura que nos anuda la garganta y a un manantial de los sentidos.
Luz de silencio... reposo, quietud, agua sobre la piedra, niebla bellísima, camino, origen...
Montaña, mar, madre, Asturias, madre de nuevo, muerte, origen, nacimiento, mundo... Palabras para empezar de nuevo, para de nuevo nacer, para ir en busca de los ojos que nos alumbraron y que nos recibirán de nuevo al final del camino. Los ojos del amor, que a Eusebio se le entrega en pacientes hilos de luz que devana en versos de transparencia sedosa, de agua amanecida en claridad de aurora. Mirada del silencio:
Montaña, mar, madre, Asturias, madre de nuevo, muerte, origen, nacimiento, mundo... Palabras para empezar de nuevo, para de nuevo nacer, para ir en busca de los ojos que nos alumbraron y que nos recibirán de nuevo al final del camino. Los ojos del amor, que a Eusebio se le entrega en pacientes hilos de luz que devana en versos de transparencia sedosa, de agua amanecida en claridad de aurora. Mirada del silencio:
Silencio
Tu mirada es luz,
eco de un tiempo
en que todo me llegó
por el camino de tus ojos.
Era el primer día de mi vida
y no existía la palabra.
El mundo brota en la mirada de la palabra y nos preguntamos qué está ocurriendo con este libro, que hace brotar de la niebla una realidad de hechizo, unos perfiles encantados, un sueño de belleza lleno de dioses. Que Luz de silencio nos recupera el mundo para lo sagrado y a lo sagrado nos devuelve. Que nos hace escuchar lo inaudito y mirar lo invisible. Que religión nos religa a lo absoluto trascendente, que nos hace humildes de tierra porque fundamentalmente es un libro humilde, sincero, honrado, entrañable y fraterno, y filial y humano. Que nos reintegra a nuestra estirpe, que quizá sea para todos bendita y nazarena, como en ese poema que dedica a su padre y que, hijos del hombre, nos convierte al dolor y a la esperanza del alba:
Estirpe nazarena
A mi padre, que trabajó llevando
troncos sobre sus hombros
en una plaza de la madera
de las minas de Asturias
Heridas de los bosques
para abrazar la noche caída sobre el hombre
que arranca con dolor negra sangre pétrea
del corazón del miedo.
Oscuridad y lejanas estrellas
sobre los troncos de nuevas pirámides
cubiertas con resina y piel de grito
cuando el alba,
coronada de luz y nuevo día,
se inclina
sobre la plaza gris de la madera
y llega entre frío y madrugada
la altura de tu estirpe nazarena.
Qué está ocurriendo con este libro de Eusebio, con esta conciencia de hombre, qué están sintiendo la tierra y el mar y su madre en los jardines de la muerte y las estrellas. Qué están sintiendo, que hacen sentir a este ser humano que todo es esencial y todo ilumina, que el silencio es luz y la luz silencio y que hay que volver a nacer, a ser de nuevo, a retornar a ese origen, a esa infancia de la mirada donde el ser comienza.
Qué está ocurriendo con el mundo que no nos damos cuenta y que en este sartal de poemas, en esta arquitectura de libro que nos hace ascender en espíritu como la luz filtrada en una catedral del gótico, se entrega con la suavidad y tersura con que se desprende la hoja de un árbol cuando su tiempo llega:
Sólo sentir
el mar en una gota
que es la nube
en el azul lejano que la espera,
sin la palabra humilde
que busca lo inmortal en el silencio.
Tiene la mirada hechizada Eusebio, la tiene llena de dioses amables, sabios y jóvenes. Sus ojos no ven hechos ni crónicas, miran leyendas y mitos. En su juventud se entregó a la magia de los caminos y a leer el libro del mundo, a escribir quizá en el viento y en el sueño. Por eso su primer libro llega sabio y caminante, mundo libro mágico no mundano ni ficticio sino palabra sal de la tierra, ofrenda de sí y tributo a quienes le otorgaron toda la luz y todo el silencio. A su madre -con quien supo cerrar el círculo y llevarla de la mano y llevarse a la inocencia de la muerte- a su sangre, a sus amores y a sus amigos.
Luz de silencio tiene además dos pórticos extraordinarios, uno debido a Lola F. Lucio, una importantísima figura de la vida cultural asturiana y el otro a Ramón García Mateos que ha ofrendado en este libro una magistral postura ante los hechos de la lengua, de la vida y la poesía que nadie en ninguna de las orillas del castellano debe perderse.
Por mi parte y desde México, me manifiesto deslumbrada con esta luz, habitada con todo este silencio en el que vibran los ecos de poetas amados y la belleza infinita de la tierra asturiana. Luz de silencio es una estrella de la Navidad 2011, que se ha encendido desde Oviedo para siempre.
María García Esperón
Hada Navidad
Hada Navidad
venía retrasada
en el bosque invierno
no avanzaba nada.
En trineo de plata
con sus cascabeles,
estaba cubierta
con capa de nieve.
Bufanda de escarcha,
un gorro de hielo
y unos mitones
de azul terciopelo.
Hada Navidad
cruzaba montañas,
con nubes muy frías
se hacía limonada.
Guardaba las noches
en unas castañas
para convertirlas
en sol y en mañana.
En torno del fuego
cantaba canciones
mientras amasaba
su pan de ilusiones.
Y con su varita
dibujaba estrellas
en el cielo claro
de la Nochebuena.
Copo de Algodón en palabras de una lectora
Deseo tratar de expresar las impresiones que me han quedado despues de tener en mis manos Copo de Algodon
Para mi es una pieza que me permitio armar en un solo lienzo la historia de nuestro país, entender como es que veia una niña de 12 años el fin y el principio de una era
Un viaje maravilloso por nuestra amada Tenochtitlan, algunas veces cuando camino por el centro historico, pienso en el trajin diario que habran tenido nuestros antepasados y con Copo de Algodon, todo me quedo mas claro.
Maria, creo sinceramente que tu obra merece ser leida, difundida y premiada en todo el mundo, supongo que tu equipo de colaboradores estara pensando ya en como hacerlo. Te deseo la mejor de las suertes y que tu obra crezca y se multiplique.
Abrazos
Mar Salgado
Para mi es una pieza que me permitio armar en un solo lienzo la historia de nuestro país, entender como es que veia una niña de 12 años el fin y el principio de una era
Un viaje maravilloso por nuestra amada Tenochtitlan, algunas veces cuando camino por el centro historico, pienso en el trajin diario que habran tenido nuestros antepasados y con Copo de Algodon, todo me quedo mas claro.
Maria, creo sinceramente que tu obra merece ser leida, difundida y premiada en todo el mundo, supongo que tu equipo de colaboradores estara pensando ya en como hacerlo. Te deseo la mejor de las suertes y que tu obra crezca y se multiplique.
Abrazos
Mar Salgado
Leer, soñar, descubrir en el Instituto Tecnológico de San Miguel Allende
Una muy emocionante mañana vivimos en el Instituto Tecnológico de San Miguel de Allende, donde con los chicos de primer semestre de preparatoria surcamos sorprendentes aventuras culturales que cualquiera puede vivir al decidirse a abrir las páginas de un libro. El Disco de Festos nos reveló varios de sus secretos, la historia de Alejandro Magno y la fundación de Alejandría nos hizo vibrar, la fascinante construcción del imperio azteca, los dioses de varias mitologías, las estrellas de cielos distintos, los diversos alfabetos... sueños todos para leer, libros todos para soñar...


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