A la estrella de Belén
que veremos desde tierra
hoy quisiera suplicarle
que nos alivie las penas.
que nos renueve los sueños,
que nos conceda ilusión
que nos afine de nuevo
en pentagrama de amor.
Que su luz nos dé alegría
y que nos mueva de veras
por caminos de esperanza
hacia nuevas obras buenas.
¡Una estrella, casi nada!
ha venido a consolarnos,
a vestirnos de esperanza
y también a iluminarnos.
Si es Júpiter o Saturno
o la suma de los dos,
poco importa, lo que es cierto
es que brilla más que el sol.
En tu casa y en la mía,
en el norte y en el sur,
esta estrella en Nochebuena
ha de llenarnos de luz.