Anabel Sáiz Ripoll
Un puñado de soles (poesía infantil)
Colección DOSORILLAS
Amazon Publishing
2017
Todos los cuentos del mundo
despiertan por las noches...
(Anabel Sáiz Ripoll)
La delicadeza, respeto y humor con que Anabel Sáiz Ripoll aborda los temas relacionados con la infancia se pone de manifiesto en Un puñado de soles, colección de poemas que nos revela, como su nombre lo indica, la luminosidad solar de la mirada infantil.
El brillo de los ojos de los niños es el espejo del universo recién percibido, recién creado en su pupila. Quizá sea el poema el instrumento que más se acerque a transmitir el misterio de la percepción infantil. Como lo más natural, ahí están, unidos y palpitantes, el misterio del mundo y el misterio del alma. El tiempo se detiene y la Naturaleza pone en operación, para maravillarnos, a sus mágicos seres:
Se acerca la cigarra
y no cesa de repetir
su canto crujiente,
y no me deja dormir.
Las palabras juegan por sí mismas y también revelan a sus criaturas. La sonrisa brota porque estamos captados en la magia de la rima y en el jeugo verbal que la escritora nos propone:
Volvió la luz
y todos se fueron deprisa y corriendo
menos el mochuelo
que como era de día
no sabía adónde ir,
y un pequeño monstruo
que, como no existía,
se quedó siempre allí.
El instante poético que Anabel crea es reflejo de las escenas que a diario se viven con los niños: tan sorprendente como familiar. Es creación continua, animación constante. Dibujar, cantar, hacer una muñeca, cuánta magia en esos momentos que el poema evoca:
De colores te haré una capa,
de azul cielo un pañuelo,
de verde claro una bufanda,
de morado los dos guantes,
de rojo fuego los calcetines,
de blando hermoso los zapatos.
Peinaré tu pelo rubio,
colorearé tus dos mofletes
y ya podrás jugar conmigo.
También vienen los recuerdos de la escritora al conjuro de estos soles. Tan luminosos como los del momento presente que vive con su hija pequeña, pero a veces, un filamento de oscuridad se abre paso, solamente por oscuro, para revelar una luz de signo diferente, como en "La Gancha":
¿Cómo sería esa pobre mujer
que vivía en el fondo de la balsa
siempre tan sola y mojada?
Estaría llena de barro y lodo.
Pronunciaban su nombre,
gancha, y veía su imagen
oscura y sombría,
sus brazos verdes,
sus ojos húmedos y profundos.
A través de la lectura de estos poemas para niños, los adultos podemos recuperar momentos olvidados. Es una oportunidad para vivir de nuevo o para vivir simplemente estados de conciencia, de asombro filosófico y de talante poético que debimos experimentar cuando niños. Leer la poesía infantil de Anabel Sáiz Ripoll es acercarnos al claro manantial de nuestras vivencias de infancia. Y entonces, después de la lectura de estos versos también nosotros tendremos Un puñado de soles en la mirada.