Leer el precioso texto que compusiera Aurelio González Ovies para mi novela El remo de Odiseo, titulado Hora de partir, e invocar de esta manera al espíritu del héroe y a los anhelos del hombre, significó para mí momentos de magia infinita en la Librería Juan Rulfo de Madrid.
La asistencia de Angélica y su amabilidad exquisita, su hija Lucía, llena de juventud e ideales, de los Hijos de Troya: Pilar, Josele, Alberto, Jorge, Lorena... conversar con ellos en la cafetería vecina, urdir y arañar y vocear sueños y anhelos hicieron esa tarde inolvidable. Era de despedida y sin embargo, la tristeza no se posó en ningún abrazo y si existe alguna certeza es la de que todos nos volveremos a ver, pues somos viajeros de un mismo verso y ese es el Universo.