10 ene 2020 | By: María García Esperón

El ave del olvido



En una madrugada
teñida de infinito
llegó hasta mi ventana
el ave del olvido.
Cantó canciones dulces
de suaves primaveras,
de fuentes encantadas,
suspiros y quimeras.
Me desperté enseguida,
le hablé de nuestro encuentro,
le dije de tu nombre,
le dije de tus versos.
Y se marchó volando
pues olvidar no puedo
ni lo que tú me has dicho
ni lo que yo te quiero.