Así va. Suceden días,
pasan rostros y zarzales,
yo camino a las estrellas
en los prados de la tarde.
Yo te encuentro. En el alba,
en la noche y en el cielo
yo te enciendo. Yo te aguardo
en la orilla de aquel sueño
de tu nombre, tu sonrisa
de tus ojos, tu silencio
los poemas, las miradas
las promesas, el misterio.
El destino vuelve siempre
a decirse por completo
es olvido, es recuerdo
es palabra y es un verso.