La guerra es un áspero crepúsculo
sin espera o certezas, sin fulgor.
Sangre escrita en el mapa, oscura ola,
marejada de sombras, trueno insomne,
sonrisa entre las balas y el espanto,
zozobras incitadas por la furia,
silencios fugitivos de sí mismos,
paloma hecha de cólera y de pólvora.
Guerra sucia, impostora. Sorda y ciega
efusión de exterminios y de ruinas,
malogrado proyecto del rencor,
beso abortado, vientos de ceniza.
2
Pero llega la paz, palabra dócil
y concisa para expresar la luz
o el amor o todo lo que quieras
para una primavera popular.
Paz, nada más, para este cuerpo herido
---cuerpo cicatrizado, rosa ardiente---,
de la intrépida patria combativa.
3
¿Es la paz espejismo? ¿Fantasmagoría
para los despiadados guerreristas
que abominan y ofenden el fragor
de este goce que hoy cabalga en alas
de la blanca paloma de Picasso?
¡Por fin las aves, tantos años tácitas,
canturrean delante del cazador!
¡Por fin las armas fúnebres, siniestras,
se han ocultado y se han enmudecido!
Mi corazón es un violín o una manzana.
Alba en el mar de la bahía ferviente.
4
Si la guerra ha cesado, yo he cesado mi arenga
de rebelión. Hoy mi poema
es oda del amor, hoy mi palabra
es sinfonía coral de la alegría.
La misma mano que con puño cerrado
respaldó la guerra de liberación,
es la misma que con trazo rotundo
escribe hoy la palabra reconciliación.
La hora de las gaviotas (y otros poemas)
Aurelio González Ovies
Enlace Editorial
Bogotá, 2016
Un libro para las dos orillas
Esta nueva edición americana de La hora de las gaviotas, del poeta asturiano Aurelio González Ovies está constituida por el libro que obtuviera en 1992 el Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez y por una selección de poemas que ha hecho el autor pensando en los jóvenes de Hispanoamérica.
Un nueva hora suena en estas páginas para el lenguaje y la sensibilidad. El amor y la separación, los seres entrañables, la sencillez de las cosas de todos los días, el mar y las gaviotas se nos develan como recién surgidos del sueño de un joven. Un ser humano que aprende a sentir y a dolerse, a valorar la fugacidad de la belleza, a aquilatar la fuerza avasalladora del amor y a deletrear la soledad.
En La hora de las gaviotas todos podemos sentirnos jóvenes de nuevo, enamorados y ausentes, abandonados y solos pero...
hay luna y estrellas
y la noche está quieta como un árbol.
Nos duele la ausencia, nos traspasa el recuerdo, pero ahí está el mundo con su belleza y su ser pleno, su infatigable promesa de reencuentro:
Volverás en verano
y encalaremos juntos la fachada del tiempo.
Aquí todo envejece a ritmo campesino
y te echamos de menos cuando tus rosas
revientan como un tiro de sangre.
El ritmo de La hora de las gaviotas nos devuelve, a nosotros, seres desencajados de la naturaleza, a la pulsación de los orígenes, al parpadeo de las estrellas y a la vivencia del alba. Devuelve un mundo que ha sido amortiguado bajo el asfalto, que ha sido oscurecido a golpe de luces artificiales. Restituye un sentir hondo que ha sido amordazado y diluido en la vacuidad de las relaciones y convenciones de pantalla.
En La hora de las gaviotas, todo está encendido: el tiempo, la luna, el amor y la muerte. El Hombre. Todo está por entero: la noche y sus estrellas y el adiós definitivo de los que se han querido y tienen que separarse. Y de los versos desciende, majestuoso, el recuerdo y al paso de las palabras el alma, que es la que está leyendo estos poemas, comprende que está asomada al infinito y se asombra y enmudece ante tanta grandeza que es también su origen y a la que está en principio destinada.
En lo personal, pienso que nadie debería perderse la felicidad inmensa de leer la poesía de Aurelio González Ovies. De tener la oportunidad de convertirse a ella, a la humanidad que es y que propone. Y que es una fortuna que La hora de las gaviotas haya sido reeditada en Colombia. Que sea posible adquirir el libro, tenerlo en las manos, perderse en sus versos para encontrarse renacido y humano. Que toda esa Luz y ese sabor marino del Cabo Peñas y el Mar Cantábrico, que toda esa Verdad en la que no ha cesado de vivir, creer y crear el poeta asturiano sea también y para siempre parte de nosotros.
La Librería Confabulario organizó el espectáculo Dido para Eneas: Una noche a la altura de los héroes, en su recién estrenado foro en San Juan del Río. Los hermanos Velázquez desplegaron atenciones inagotables para hacer de ese fin de semana una experiencia inolvidable.
El ilustrador veracruzano Omar Urbano a todos encantó con su talento y sencillez y pudimos convivir con los niños y maestras del curso de verano CONFABULARTE.
Tuvimos una excelente entrevista en EXA San Juan del Río, con los dos Pacos y compartimos unas deliciosas charlas con los clientes de la librería Confabulario.
La noche a la altura de los héroes fue arropada con la presencia de amigos queridos como Angie Torres, que vino desde León, Guanajuato y la presentación fue respetada por la lluvia, que se precipitó justo al terminar de leer la carta que Dido escribe a Eneas. Nos despedimos en medio de una lluvia de luz que nos dejó iluminada el alma.
¡Gracias Confabulario por tanto espíritu! ¡Volveremos!
Con La Familia de San Juan
Con los chicos de CONFABULARTE
En la Librería Confabulario con Estefany
Antes de comenzar: Una noche a la altura de los héroes
Los sueños de Gaudí
Pedro Villar
Ilustraciones: Gemma Capdevila
Diálogo Infantil
Valencia, España, 2016
Con una sensibilidad exquisita, Pedro Villar reconstruye desde su finalidad última -un sueño que un anciano mendigo entrega a un niño extraordinario- el destino de uno de los más grandes creadores de todos los tiempos, Antoni Gaudí.
Anciano y niño son el mismo. Es el Gaudí espiritualizado y ascético de sus últimos años que toca al pequeño Antoni hijo del calderero, que le entrega una gota de agua en la que está cifrado su mágico sueño.
Biografía y brisa poética que hincha las velas del alma y nos lleva a navegar por esos cielos irisados que vislumbran los poetas y los niños. Si ya Pedro Villar nos había entregado el alma esencial del poeta de Orihuela en su Miguel Hernández en 48 estampas, ahora su fina percepción pone nuestra mano en la mano de Antoni Gaudí, los nuestros en sus ojos, nuestro corazón en el suyo.
El libro está ilustrado por Gemma Capdevila, que demuestra saber posarse como una mariposa en sueño tan delicado. Sus imágenes son tan poéticas como el texto de Pedro y agradecemos que nos haga entrar en la Sagrada Familia de este sueño como en un bosque igualmente sagrado, que nos haga flotar como una hoja en el centro de un mandala y que nos sepa mirar tan puro como el dragón salamandra que recrea con una magia sencilla y certera.
Los sueños de Gaudi, además de ser un homenaje al universal arquitecto catalán, es también un homenaje a la infancia. Pocos autores como Pedro Villar están tan intensamente comprometidos con los niños, con poner en sus manos lo mejor, lo más hermoso, lo más esperanzador y lo más rico. Riqueza espiritual y eterna, amor que se estremece en las palabras, espíritu y comunión con la Belleza, mirada mágica de Pedro Villar, poeta.
El sueño del hidalgo
Anabel Sáiz Ripoll
Il. Dagoberto Fuentes Baute
Enlace Editorial. Colección El Tren Dorado
Bogotá, 2016
En eso de la literatura, nada es verdad ni nada mentira.
Todo se fragua en las mentes del que lee.
Anabel Sáiz Ripoll. El sueño del hidalgo.
La escritora española Anabel Sáiz Ripoll ha creado El sueño del hidalgo en un espíritu tan cervantino, que las suyas parecen páginas producidas con el mismo desenfado que lo hubiera hecho Don Miguel si le pidieran hablar de su obra.
Porque si algo pretende esta novela destinada a los jóvenes lectores, es tender un puente para que todos, sin excepción, nos introduzcamos en las páginas de la más grande novela en español con la misma pasión, con la misma fe poética y existencial como lo ha hecho su autora.
Especialista de la lengua, la escritora radicada en Tarragona, ha entregado a los lectores su entusiasmo y amor por Don Quijote, en esta novela que es un sueño de un chico llamado Pablo, en el que Anabel retrata quizás a muchos de los alumnos que ha tenido -ella es profesora de lengua y literatura hispánica en el Instituto Jaume I de Salou- pero también se retrata a sí misma como soñadora de libros, como poderosa tejedora de sueños literarios, como ya demostró en Tiempo de juglares, su deliciosa novela sobre el Cantar de Mio Cid publicada en Colombia bajo el mismo sello de Enlace Editorial.
Pablo es un muchacho diferente a los demás, creativo y crítico, ingenioso y solitario. Parece destinado a soñar a Don Quijote y a Cervantes y su discurso es el hilo conductor en el audaz juego de espejos que propone la escritora.
—A veces creo que yo también, como don Alonso, soy el sueño de otro ser que se divierte a mi costa,
hace decir la autora a Don Miguel de Cervantes en esta novela-sueño, que tiene ecos de Niebla de Unamuno y que es tan universalmente española en su concepción de la vida como sueño, que Pablo se nos presenta como un Segismundo desprovisto de la carga trágica del personaje de Calderón de la Barca, pero soñador activo y consciente de la hondura existencial de Don Quijote:
Los lectores que me piden la segunda parte buscan solo la risa y el gracejo y solo ven las caídas y locuras de don Quijote, pero no entienden que detrás hay algo más, una extraña sensación de vacío, de no saber explicarme a mí mismo, de la insatisfacción del vivir.
La ruta por la que nos conduce Anabel Sáiz Ripoll con un estilo lleno de encanto, especiado del propio refranero de su familia castellana y catalana (tan naturalmente cervantino que llena de gusto el oído), conduce a la esencia de la obra inmortal, a todos aquellos pasos por los que las aventuras del hidalgo que soñó ser Don Quijote y al final lo fue, como dijo Borges, arrojan luz infinita sobre la esencia de lo humano. Finos y eruditos detalles siembra la escritora en la novela, recogerlos posibilita a los lectores aprehender la riqueza del texto original.
El sueño de Pablo desemboca en el sueño de Don Quijote, que a su vez es un sueño de Alonso Quijano y ambos un sueño de Cervantes. El adolescente crece a través de las páginas y reconoce que la lectura le ha desarrollado una especie de segunda visión:
Miré a don Miguel y entendí, sin que nadie me dijera nada, sin palabras, solo desde la intuición que se me estaba desarrollando a ojos vista en ese espacio entre dos mundos. Entendí, con certeza, que la pasión de don Quijote era la pasión de don Miguel y que los molinos de viento no eran otra cosa que el cabildo sevillano con quien tropezó el escritor y así todas las aventuras y desventuras de su caballero no eran nada más que reflejos de su propia vida.
El sueño del hidalgo ha llegado pisando fuerte en el panorama contemporáneo de la literatura infantil y juvenil. La autora se ha atrevido con el clásico de clásicos de la lengua española y lo ha hecho no solo con conocimiento sino con esa clase de amor y de impulso que llevó un día a Alonso Quijano a cabalgar por el campo de Montiel.
Cervantino hasta la médula, el libro nos hace todavía más querido a nuestro hidalgo y más humano y cercano a su autor en este 2016, año de sus celebraciones. Larga vida a este sueño y a todos los que vengan de la pluma castellana y honrada de Anabel Sáiz Ripoll.
La novela "Sueño blanco", del escritor Miguel Botero García, de Medellín (Colombia) ha ganado el Premio Spiwak, dotado con 50 mil dólares y que será entregado en una gala el próximo 20 de octubre, en la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Cali 2016.
Dido para Eneas: una noche a la altura de los héroes
Foro Confabulario
Avenida Universidad 154. SanCayetano. San Juan del Río, Querétaro
Sábado 20 de agosto 8 pm