23 may 2016 | By: María García Esperón

Un encuentro en la voz y en la mirada en la Universidad de Antioquia, Medellín


Copo de Algodón en El Cuyo, en Palizada


Magia para no olvidar en el Cuyo, en Palizada



Todos sentimos el encanto que se acumuló en la Zona Arqueológica de Palizada, en El Cuyo, con las presentaciones de El país de las pirámides y de El pájaro Toj, de Cessia Chuc. Nada más llegar, la luz nos mostró que se había confabulado con nostros. Magia para no olvidar.





El país de las pirámides y el pájaro quetzal


El vuelo de El país de las pirámides


Copo de Algodón en la secundaria de la comunidad Santa Isabel, Palizada


El país de las pirámides en el Parque Museo La Venta


A la sombra de la ceiba de Carlos Pellicer y gracias al buen hacer de Gladys Fuentes, pudimos presentar en el Parque Museo La Venta, El país de las pirámides, el martes 17 de mayo de 2016, ante los estudiantes del Colegio Carlos Pellicer. Gracias a su director, Gerardo y a todo el personal del Museo que nos atendió a cuerpo de rey y en especial a Raúl, quien nos guió por entre las piezas arqueológicas del Parque.


El país de las pirámides en Villahermosa, Tabasco

El país de las pirámides con sus madrinas en Misión Palenque

El país de las pirámides con sus padrinos en Misión Palenque


Feliciano, guía palencano, padrino de El país de las pirámides


El país de las pirámides llegando a Villahermosa


El País de las Pirámides en Papa Chema en Palenque


En el muy acogedor Café Literario PapaChema presentamos El País de las Pirámides el sábado 14 de mayo de 2016. Su fundador, Amícar Zúñiga, reunió a un grupo de estudiantes de preparatoria y todos pasamos un excelente momento hablando de los antiguos mexicanos, además de firmar el muro de visitantes.


Con Amílcar Zúñiga

A la entrada de PapaChema

6 may 2016 | By: María García Esperón

El país de las pirámides se presenta en Palenque



El país de las pirámides  se presentará en uno de los sitios arqueológicos más grandiosos del mundo. Será en Palenque, en el Café Literario Papachema, cuando por primera vez abramos las páginas de este volumen publicado en Colombia por Enlace Editorial y dirigido a los jóvenes lectores de habla española sin distinción de fronteras. 
El libro también se presentará en el Parque Arqueológico de La Venta, en Tabasco y en la Zona Arqueológica El Cuyo, en Palizada., Campeche.
El libro entrega la magnificencia del pensamiento, arquitectura, cosmovisión y proyección a futuro de la Mesoamérica indígena y ha sido ilustrado por la talentosa artista colombiana Michelle López.
Agradezco al Maestro Amílcar Zúñiga la hospitalidad de Papachema y a la Maestra Gladys Fuentes la intensa actividad cultural que despliega en el sureste de México y que ha hecho posible el lanzamiento de El país de las pirámides en un sitio tan significativo como Palenque.
Estos actos culturales se enmarcan en el Encuentro Internacional de Escritores en la Región de los Ríos, que tiene en Luis David Canul Suárez su promotor incansable.


4 may 2016 | By: María García Esperón

Dido para Eneas en Formus



Fuente: Formus

Dido para Eneas, María García Esperón, Il. de Omar Urbano, El Naranjo. A través de esta novela corta se abordan temas como el amor, la mitología y el empoderamiento. Una nueva versión de la triste historia de amor entre Dido y Eneas, personajes de La Eneida, de Virgilio. “La voz de Dido, en primera persona, transmite los sueños, las emociones y dubitaciones de un personaje femenino que cautiva por su pasión y su fuerza” (IBBY México).
2 may 2016 | By: María García Esperón

Vengo del Norte en la Librería Juan Rulfo



Los versos de Vengo del Norte, de Aurelio González Ovies,  se quedaron prendidos en la Librería Juan Rulfo del Fondo de Cultura Económica y hechizaron a todos los asistentes en sus misterios de belleza. Gracias a Angélica Menzinger por realizar las grabaciones en esa inolvidable tarde del 27 de abril de 2016.



1 may 2016 | By: María García Esperón

Atenas siempre: olivo y eternidad, por Anabel Sáiz Ripoll


Fuente: Voces de las dos orillas


Atenas siempre,
María García Esperón. Ilustraciones: Rocío Parra,
Enlace Editorial, 2015. (Tren Dorado. Quinta estación)


“Atenas siempre” es una novela compuesta por infinidad de teselas que condesan, de forma prácticamente épica, el significado y la trascendencia de la cultura griega, simbolizada en Atenas. En Atenas está todo, la palabra, la convivencia, el despertar del ser humano, las raíces, el mito, las luces y las sombras. María García Esperón contempla, sorprendida, emocionada, alborozada, incluso, la creación de un nuevo mundo de la mano de Pericles y rinde tributo a esa época, sin olvidar mencionar algunos de los episodios bélicos más importantes que estuvieron a punto de hacer sucumbir nuestra propia manera de ser, como la batalla de Salamina y que, a la vez, le dieron sentido .
Esparta, Atenas, Persia y sus líderes y sus hombres y su pensamiento. Todo late y revive en “Atenas para siempre”. Y no es la autora quien nos lo cuenta, sino una joven hetaira de Mileto, Aspasia, quien ha sido educada de forma esmerada y se dedica, con vehemencia y pasión, a recrear algunos pasajes de la historia griega que ella no vivió, pero que siente como suyos. Es Aspasia una logógrafa o historiadora que sueña, algún día con ir Atenas. Ella nos cuenta una doble historia, la suya personal y la de las gestas que tanto admira, aunque de ellas extrae siempre el elemento humano, las dudas, las tribulaciones, las emociones y los sentimientos porque Aspasia no se quiere quedar en la superficie sino que busca entender el alma humana, el porqué de las guerras, el porqué de las renuncias y el sentido que tiene todo eso para ella y para la humanidad.
Aspasia llega a Atenas y se establece allí. Su fama la precede y entra en contacto con los grandes nombres del momento como Sófocles. El propio Pericles la invita a su casa y Aspasia destaca como gran conversadora, como mujer entendida y capaz. Tanto es así que Pericles, maduro y sin amor, se rinde a la hetaira y le propone enlazar sus vidas. Aspasia es esa gota luminosa, tal y como la recrea la ilustradora en la portada, que reivindica el papel de la mujer en la Antigüedad Clásica. Y esa es la historia. La de una joven, la de un gran estratega y la de un mundo, el ateniense, que se estaba fraguando y asentando con Pericles.
La novela es un canto al amor, a la amistad, a las diferencias y a la entraña última del hombre, allí donde vive la soledad, donde habitan los fantasmas y también las glorias y las grandes gestas. El valor y la derrota, la superación de las dificultades, la lucha por los propios ideales habitan en “Atenas siempre”. Un mundo de hombres que parecían dioses y de dioses que semejaban hombres es el que vemos en la novela.
Cabe destacar la exhaustiva documentación de la autora y la capacidad de manejar emociones y sentimientos y acercarlos, nuevos y reales, a nuestros días, a nuestra época. En nombre de Hera y Niké, en nombre del fuego sagrado surgió nuestra cultura y nuestras raíces. Surgió Occidente y, de allí, se expandió al Nuevo Mundo. Y  ha sido una escritora mexicana, de raíces, aztecas, quien nos lo está recordando. La evocación, la contemplación justa y sin distancias, porque María García Esperón, no juzga, no interviene, deja libertad a sus personajes, permite que el lector entre, despacio, con cierto miedo al principio y con fervor, al final, en el mundo de Aspasia. Solo ella, joven y sagaz, enamorada y culta, puede entender que “El hombre no es más que el acantilado donde chocan las olas del destino”. 
No es gratuito que sea una mujer quien entienda la historia y sepa aunar guerras con amores. Gracias a esta especial visión entendemos que Atenas, mira por dónde, tiene alma femenina.
En “Atenas siempre” acaban triunfando, cómo no, las palabras: “Las palabras que pueden ganar una batalla, elevar a un hombre a la condición de héroe, arrancar del pueblo sacrificios increíbles, levantar una ciudad dorada desde el lodo”.

José Juan Miguel, teotihuacano. Padrino de El país de las pirámides


Samuel, teotihuacano. Padrino de El país de las pirámides


Miguel Covarrubias, teotihuacano. Padrino de El país de las pirámides


Guillermo, teotihuacano, padrino de El país de las pirámides


Aurelio Hernández, teotihuacano. Padrino de El país de las pirámides


Vengo del Norte en las manos y en el cielo



Vuelo AM2 de Aeroméxico Madrid-México.
Filas 32 y 34 en la parte posterior de la nave.
Cinturones de seguridad, pantallas, audífonos, reducido espacio y muchas horas.
En el grupo 5 coincidí con Francisco Ruiz Barbosa, Gerente del FCE filial España y conversamos con la amabilidad que lo caracteriza. Nuestros asientos estaban muy próximos.
Al lado mío, un señor revisaba una libreta en la que distinguí una hermosa caligrafía y algunos versos. Junto a la ventanilla su esposa contemplaba las nubes. Pasaron dos horas, nos sirvieron el refrigerio. Yo, detrás de Francisco, alcanzaba a ver que miraba una película.
De algún modo mi vecino y yo comenzamos a hablar. No recuerdo el motivo, pero a los diez minutos ya estábamos enzarzados en los versos. Jesús Hedo Serrano, madrileño, profesor retirado de literatura española. Experto, sabio, portentoso. Me recitó el comienzo de la Eneida en latín. Su esposa, adorable, fina, culta, Carmen Martínez. Sus amigos: Loló y Félix en la fila de adelante. Ella homeópata, espiritual, alternativa; él científico. Y hablamos y hablamos, intercambiando asientos, de la poesía española, de la madre España, de los aztecas, los olmecas, los mayas. Pasaban las nubes y volaban las palabras. De su primer viaje a México, de Cortés y Moctezuma, de Copo de Algodón y del Inca Garcilaso de la Vega.
En un momento, a Jesús le recité el poema II de Vengo del Norte, de Aurelio González Ovies. Un sobrecogimiento atravesó la nave.
Francisco se acercó a nosotros y con su tersa y carismática manera de ser cautivó a los españoles. Gerente del Fondo de Cultura Económica.
-¡Nosotros hicimos la carrera universitaria con los libros del Fondo!
Seguimos diciendo versos, las letanías de Nuestro Señor Don Quijote, de Rubén Darío, Los motivos del lobo, casi a gritos sobre el ruido del avión que vuela. Los sobrecargos nos mandaron callar, bajamos el volumen de nuestras voces pero no el entusiasmo.
Comentamos sobre las presentaciones que tuvimos en la Librería Juan Rulfo y volvió a salir el nombre de Aurelio. El poeta asturiano. Él me había llevado el regalo infinito de un ejemplar de su libro Vengo del Norte, el accésit del Premio Adonáis de 1992
-Yo he leído todos los Premios Adonáis -dijo Jesús.
-Pero no el accésit. Este accésit. Vengo del Norte.

Y nos sentamos cuatro en la fila de tres y abrimos el libro en el poema XV: "Si me entregas tus tierras"... de memoria los versos en las hojas pegadas: "Pídeme que te ofrezca mi sangre", y nos tomábamos de las manos, los mexicanos y los españoles. Y ya subyugados, leímos el último poema: "Alguna vez se posarán los pájaros a cantar en tus brazos, a descubrir que somos los náfragos del tiempo, LOS HEREDEROS DE UNA CANCIÓN DE AMOR que se escuchaba en las brumas del Norte".
Y todos pusimos las manos sobre las palabras del poeta infinito y fuimos a treinta mil pies de altura viajeros alados del mismo verso.



Encuentro Internacional de Escritores en la Región de los Ríos