Milagros del Hada Menta en La Habana
Por: Jorge Luis Peña Reyes.Casi me negué a ese vaticinio que había creído mucho tiempo atrás. María García Esperón estaba en la Habana y yo a novecientos kilómetros de ella. Habíamos intercambiado cientos de mensajes para hablar de sueños, algunos cumplidos, otros por cumplir, pero éste de encontrarnos para intercambiar libros e ideas en un punto de la geografía cubana que era la editorial Gente Nueva, junto a Enrique, Galia, William y otros amigos, era un sello trascendente para nuestra amistad.
Me fui a la capital arrepentido de no haberlo hecho antes y lamentando que esas doce horas que transcurrió el viaje, fueran más que el diálogo con esta amiga. A fin de cuentas la red es solo el principio útil, hasta que los encuentros se hacen más humanos y presenciales.
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| Foto: Olimpia Chong |
Allí estaban las niñas de Yumié Rodríguez con su despliegue de narración y baile español que puso en el aire a muchos,en tiempo de palmas y castañuelas.
Su texto del hada abandonó el papel troquelado y se hizo música, danza, risa y amistad. Llegaron las cámaras, la televisión, los micrófonos, la gente con sus libros para que se los autografiara, llegaron los niños; en una oleada que buscaba ante todo guardar memoria de un acontecimientoliterario entre México y Cuba que ya no podría diluirse en el tiempo.Ni se sabe cuántos proyectos se gestaron en los estrechos pasillos de la editorial, cuántos sueños nacieron en esa sensibilidad que imanta y que tiene que ver más con la calidad humana que con la institucionalidad.
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| Enrique Pérez Días, María y Yumié Rodríguez Foto: Olimpia Chong |
Ellos terminaron por aplaudirlos y agradecerles.
No hubo mejor oportunidad para presentar ante María las luchas cotidianas, los embates por destacar la sensibilidad ante los rígidos mecanismos burocráticos, que la conversación sostenida con Zuleica Romay, presidenta del Instituto Cubano del Libro y su permanente apuesta por la inteligencia y la alta cultura.
Allí otra vez el intercambio tripartito de libros y de firmas, el almuerzo y la sobremesa a lo cubano que incluyó planes, impresiones y hasta la grabación sonora del extenso poema amatorio, como para que nada quedara en el éter o lejos del poder íntimo de la amistad. Las hadas no se jubilan, Enrique, volverán una y otra vez a la Habana para dejarnos su magia, con sabor a menta y a esperanza.
13 de octubre de 2013
Versos del recital "Sin era y jamás",
por Enrique Pérez Díaz y María García Esperón
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| Enrique, María, Jorge Luis... ¡al infinito y más allá! |
De cara al cielo
de frente al mar
una palabra
se echó a llorar.
Se sentía sola
sola de atar
en una almena
de soledad.
Del otro lado
en otro mar
otra palabra
en otra edad,
en una playa
blanca de sal
con alas blancas
se echó a volar
Hay un fuego aquí en mi alma
que no se apaga jamás.
Es una hoguera de sueños
imposibles de alcanzar.
Hay un fuego en la mirada
que se escapa tras tu andar.
El sentimiento de un nunca,
la promesa de un quizás.
En el espejo de mi alma
te asomaste al despertar.
En el cristal de mi sueño
estuviste, sin llegar.
En el espejo de mi alma
te dibujas sin pensar.
En el cristal de mi sueño
tu imagen, que no se va.




